El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, ha enviado una carta al Arzobispo de Milán, Cardenal Angelo Scola, con motivo de la Jornada de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de esta ciudad.
En el mensaje, el Secretario de Estado subrayó que "la Iglesia continua dirigiendo su mirada sobre los jóvenes, promulgando así en nuestro tiempo aquél singular afecto que Jesús manifestó hacia ellos".
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Entre las iniciativas eclesiales, hay una especial relevancia de las educativas para "garantizar una alta formación cultural y profesional a la luz de las enseñanzas evangélicas", algo que a lo largo de los siglos se ha realizado "gracias a las insignes figuras de formadores y a instituciones académicas católicas que con generosidad y competencia han sabido ofrecerles una formación integral".
En el texto, el Cardenal puso de ejemplo a esta universidad, que "desde hace años se ha convertido en referencia del recorrido universitario de las jóvenes generaciones".
"Su crecimiento ha sido sostenido por una afectuosa y concreta cercanía de los católicos italianos, que han visto siempre en esta institución académica un precioso servicio para la formación de los jóvenes y un instrumento para garantizar una contribución cualificada de los católicos a la vida social y al bien del país".
El Cardenal Parolin señaló que este domingo la Universidad tratará el tema "jóvenes, periferias en el centro". "La situación de los jóvenes, también, a causa de prolongarse la crisis económica, se está haciendo especialmente difícil", explica.
"La falta de trabajo, en particular, determina una gran incertidumbre existencial y afecta también a la realización de legítimas aspiraciones tanto en el ámbito profesional como en la formación de una familia".
El Secretario de Estado Vaticano advirtió que "los jóvenes se arriesgan así a convertirse siempre en más marginales del sistema social, con graves consecuencias para sus vidas y para el futuro de toda la comunidad". Por ello, "es necesario que los jóvenes vuelvan a ser el centro de atención y protagonistas de la vida social".
El Secretario de Estado también aseguró que es tarea de la Iglesia "sostener este desafío positivo que está presente en los jóvenes, ofreciendo instrumentos idóneos".
De la universidad católica, señaló, los jóvenes "pueden recibir esta formación de alto nivel, moral y cultural, atenta a los escenarios internacionales y a los nuevos procesos determinados por la globalización, que pueden ayudarles a convertirse protagonistas de un profundo cambio". Pero también a "volver a encontrar las razones verdaderas de la esperanza para su futuro".
El Cardenal indicó que el Papa Francisco reza por los jóvenes universitarios y por la universidad, para que "pueda seguir estando junto a ellos". "Ayudar sobre todo a aquellos con menos posibilidades" es "el mejor antídoto contra la marginación a la que algunas dinámicas sociales parecen querer condenarles".