La vida de los cristianos en Pakistán lleva décadas siendo muy difícil, pero Ashiq Masih nunca pensó en lo que le tocaría sufrir. Él tiene grabada la fecha del 16 de junio de 2009 en la mente y en el corazón porque ese día todo cambió. Fue el día en el que detuvieron a su mujer, Asia Bibi, denunciada por unas campesinas musulmanas por supuestamente contaminar el agua de un pozo por ser cristiana.
"Ese día nuestra familia fue completamente destruida. Nuestros cinco hijos viven sin su madre, que está en la cárcel. Ellos y yo queremos tenerla con nosotros. Vivir tranquilamente", afirma Ashiq, cuyos ojos demuestran la tristeza y el profundo dolor que sufre desde entonces. A pesar de que la acusación no se ha probado como cierta, Asia Bibi lleva desde entonces en la cárcel y es que en Pakistán es común que la ley 'antiblasfemia' se utilice para saldar asuntos personales.
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"Antes de venir a Europa fui a visitarla. Estaba bien", cuenta su esposo a ACI Prensa. "Que esté en la cárcel es el modo más seguro de mantenerla con vida", ya que está fuertemente amenazada de muerte por ser cristiana, además de la condena que pesa sobre ella.
Ashiq Masih y su hija pequeña están en Europa para asistir en Madrid al Congreso 'Todos somos nazarenos'. Aprovechando su estancia visitaron Roma y el Vaticano donde saludaron al Papa Francisco al término de la audiencia general del miércoles. "Nos levantamos muy temprano, sin desayunar si quiera fuimos a la Plaza de San Pedro para tener un buen sitio porque nos dijeron que habría muchísima gente. Cuando llegamos vimos miles y miles de personas que hacían cola para entrar a la audiencia", explica el esposo de Asia Bibi.
"Viendo esa situación, saber que todos ellos eran cristianos, jóvenes y mayores, mi fe se fortaleció especialmente. Espero tener la oportunidad de vivir mi fe tranquilamente, como durante la audiencia general en Roma", apunta y asegura que uno de los momentos más especiales fue cuando pudo besar la mano del Papa: "Ser bendecido por él y saber que rezará por Asia Bibi, fortalece mi esperanza de que será liberada pronto".
Los ataques que sufren los cristianos en Pakistán son frecuentes. Recientemente un joven fue quemado vivo por declararse cristiano y según cuenta Ashiq una pareja de cristianos fueron quemados vivos a causa de su fe. Ella estaba embarazada.
"Cuando fue oficialmente acusada y encarcelada, alguien le ofreció muchos millones de rupias si se convertía al Islam. Pero rechazó el dinero. Mi mujer tiene una fe muy fuerte, es una creyente muy devota, sabe que Cristo la ayudará y también a nuestra familia", explica Ashiq.
Por eso toda la familia de Asia Bibi reclaman al gobierno de Pakistán que proteja a las minorías. "La comunidad internacional ayuda de muchas manera a Pakistán, por eso el país debería proteger a las minorías, no sólo a los cristianos sino a todas las minorías. Ésta ha sido la petición de la comunidad internacional al Estado. Hay que conseguir poder vivir seguros y tranquilos en Pakistán", afirma Ashiq.
No pierde la esperanza de que Asia Bibi será liberada "cuando Dios quiera", asegura que lo único que quiere es "vivir una vida tranquila con la familia", pero está convencido de que "no podrá ser en Pakistán. Tan pronto como sea liberada tendremos que irnos fuera o ella será asesinada. Tenemos miedo de que grupos musulmanes la quieran matar".
Eisham, la más pequeña de las hijas de Asia Bibi y Ashiq Masih, recuerda a la perfección el día en el que se llevaron a su madre. Por eso asegura sin dudarlo que cuando sea mayor quiere ser igual de fuerte que su madre.
Actualmente han apelado dos veces a la Corte Suprema de Pakistán para que liberen a Asia Bibi, sin embargo aún no han tenido respuesta. Por eso, según afirma a ACI Prensa Ashiq: "hemos venido a Europa para enviar nuestra petición a la Comunidad Internacional y se presione para que la liberen cuanto antes. El proceso puede alargarse un año, dos o tres, no se sabe hasta cuándo, pero estamos convencidos de que en algún momento ella volverá a ser libre".