El gobierno turco protestó el último fin de semana luego que el Papa Francisco se refiriera al genocidio de los armenios en 1915, en el que las fuerzas otomanas asesinaron a más de un millón y medio de personas, algo que Turquía siempre ha negado y cuya mención ha suscitado de su parte una protesta formal ante el Vaticano.
¿Qué hay detrás de todo esto y por qué los turcos han reaccionado así?
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Muchos expertos en el mundo consideran los asesinatos en masa ocurridos entre 1915 y 1916 como un genocidio, un hecho en el que los otomanos acabaron con hombres, mujeres y niños víctimas de asesinatos y torturas.
El gobierno turco afirma que lo que sucedió en realidad no fue un genocidio y que el número de muertos fue mucho menor, como resultado del conflicto de la Primera Guerra Mundial. Turquía considera además que fueron en realidad muchos los turcos los que murieron.
Lo dicho por el Santo Padre el domingo 12 de abril ha recibido una fuerte ola de críticas entre los líderes turcos, lo que desembocó en el retiro del Nuncio Apostólico (embajador del Vaticano) en Turquía.
Además, lo que pocos saben es que lo dicho por el Pontífice incluyó una cita de una declaración conjunta de San Juan Pablo II y el Supremo Patriarca y Catholicos Karekin II de la Iglesia Armenia Apostólica, emitida el 27 de septiembre de 2001 durante una visita papal a Armenia.
El texto señala que "el exterminio de un millón y medio de cristianos armenios, en lo que se considera generalmente como el primer genocidio del siglo XX, y la siguiente aniquilación de miles bajo el antiguo régimen totalitario, son tragedias que todavía perduran en la memoria de la generación actual".
Aunque Juan Pablo II nunca leyó estas palabras, la declaración conjunta establece claramente que la masacre de los armenios es recordada como "el primer genocidio del siglo 20". Además, es cierto que el Papa peregrino nunca usó la palabra "genocidio" en sus discursos en Armenia, aunque era claro que reconocía el martirio de los armenios como hizo en su visita en septiembre de 2001.
Una fuente de la diplomacia de la Santa Sede explicó a ACI Prensa el 13 de abril que lo que leyó el Papa Francisco el domingo fue enviado con anterioridad a diversos círculos diplomáticos del Vaticano para debatir sobre si el uso de la palabra "genocidio" generaría tensiones.
Al final, dijo la fuente, "se consideró que una cita textual de la declaración de 2001 era la mejor forma de dar el mensaje y de evitar estas tensiones diplomáticas".
Cuando el Papa Francisco leyó el texto el domingo no dijo explícitamente que estaba citando a Juan Pablo II. Esto hizo que los medios enfatizaran que el actual Pontífice era quien reconocía lo que ocurrió con los armenios como un genocidio.
Lo que irritó más a los turcos fueron las palabras improvisadas de Aram I, el Catholicos de la Iglesia Armenia Apostólica que, hablando diez minutos en inglés, dijo que "el genocidio armenio es un hecho inolvidable e innegable en la historia, claramente situados en los anales de la historia moderna y en la conciencia del pueblo armenio. Por ello cualquier intento de borrarlo de la historia está condenado al fracaso".
Estas palabras originaron la declaración del ministro turco de relaciones exteriores que veía preocupantes las palabras del "Papa Francisco y los representantes armenios" y señalaba que ambos tenían "datos históricos contradictorios".
El ministro dijo además que se le llamó genocidio "a los eventos de 1915" pese a que "no ha habido un juicio en una corte competente".
Turquía además llamó a consultas a su embajador ante la Santa Sede, Mehmet Pacaci, luego de presentar su protesta diplomática formal ante el Vaticano a través de él.
La reacción turca también se da en el contexto de las diversas interacciones entre los gobiernos de esta nación y el de Armenia, en vistas a la conmemoración el 24 de abril del genocidio. Muchos jefes de estado han sido invitados, incluido el de Turquía, Tayyip Erdogan.
Erdogan declinó aceptar la invitación y organizó otra ceremonia ese mismo día para celebrar el centenario de la campaña Gallipolli de la Primera Guerra Mundial, una de las batallas más famosas de entonces entre las tropas otomanas y las aliadas.
El presidente turco invitó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y al presidente de Armenia, Serzh Sargsyan, quien declinó aceptar la invitación.