Brett Haubrich, tiene solo 11 años y padece de un tumor cerebral inoperable de grado tres. Cuando la organización Make-A-Wish le ofreció cumplir un deseo, lejos de visitar un parque de diversiones o conocer a algún artista, el niño hizo un pedido inédito: Ser sacerdote al menos por un día.
La fundación Make-A-Wish ("Pide un deseo") es conocida por brindar alegría a los menores de entre 3 y 17 años, con enfermedades graves. El pedido de Brett escapó de cualquier cálculo.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Incase you missed it: When 11yo Brett was granted a wish from Make-A-Wish Missouri, he didn't ask for Disneyland or a...
Posted by Archdiocese of Saint Louis on Miércoles, 8 de abril de 2015
Cuando le preguntaron a Brett, el segundo de cuatro hermanos, cuál era su deseo, inicialmente no tenía ninguno. Pero cuando le consultaron qué quería ser cuando sea grande, antes que un médico o un ingeniero, en la lista de Brett está ser sacerdote.
La madre de Brett, Eileen, entrevistada por St. Louis Review, el periódico de la Arquidiócesis, recordó que su hijo "no quería nada. Le tuvieron que seguir preguntando '¿a dónde te gustaría ir? ¿quieres conocer a alguien? ¿qué quieres ser cuando crezcas?"
En ese momento el niño contestó sin dudar "realmente quiero ser un sacerdote".
La idea inicial fue que Brett pudiera ayudar en la Misa de un sábado por la mañana y contactaron al P. Nick Smith, maestro de ceremonias de la Catedral de St. Louis. Su respuesta fue: "Podemos hacer algo mejor que eso".
"¿Por qué no hacemos que venga en Jueves Santo? Puede ayudar en la Misa Crismal, y esa noche la Misa es siempre sobre la Eucaristía", dijo el P. Smith.
Junto al P. Smith, durante la llamada telefónica de la familia de Brett, se encontraba el Arzobispo de St. Louis, Mons. Robert J. Carlson.
"Todo sucedió mientras él estaba parado al lado mío", dijo el sacerdote, que aseguró que el Arzobispo estaba "muy emocionado. Estaba lanzando ideas a diestra y siniestra, 'hagamos esto, hagamos lo otro'".
Brett participó tanto en la Misa Crismal como en la Misa de la Cena del Señor, ayudando como acólito. Además, Mons. Carlson le lavó los pies junto a otros 11 seminaristas.
El niño almorzó junto al Arzobispo tras la Misa Crismal y cenó con los seminaristas en la residencia arzobispal antes de la Misa de la Cena del Señor.
Fue el Arzobispo quien tuvo las ideas de la cena junto a los seminaristas y el lavado de pies.
El P. Smith preparó un programa para ese día y se lo entregó personalmente a Brett, junto con una carta firmada por Mons. Carlson.
A pesar de su temor de equivocarse en alguna parte de la Misa, el Arzobispo aseguró que Brett "lo hizo muy bien". Para el niño "fue una experiencia realmente genial".
La madre de Brett dijo no estar sorprendida por el deseo de Brett de ser sacerdote, pues "durante años él ha amado la Misa y ha sido muy religioso" . "Él tiene un corazón tan bueno. Es un chico muy cariñoso", dijo.
Por su parte, Brett señaló que "me gusta recibir el Cuerpo y la Sangre" de Cristo.
El equipo de terapia St. Anthony que ayuda a la familia de Brett creó una cuenta en el sitio web GoFundMe para recolectar fondos para su tratamiento.
En la petición se recordó que si bien "la cirugía no es una opción en este momento, estamos rezando para que la quimioterapia y la radiación reduzcan el tumor".
Hasta el momento, se han recolectado más de dos mil dólares. Para colaborar, puede ingresar a: http://www.gofundme.com/team-brett-stay-strong