La celebración de la Solemne Vigilia Pascual en Erbil (Irak) concluyó en clima de fiesta con la distribución de "colombas" pascuales y rosarios enviados por el Papa Francisco a los miles de cristianos caldeos, la mayoría de ellos desplazados de su tierra por el Estado Islámico.
El Cardenal Fernando Filoni, enviado del Papa Francisco para celebrar el Triduo Pascual con los cristianos perseguidos en Irak y Siria, participó de la solemne ceremonia presidida por el Patriarca de los Caldeos, el Cardenal Rafael Raoul Sako, y concelebrada por el Arzobispo de Erbil, Mons. Bashar Warda, el Nuncio Apostólico y decenas de sacerdotes reunidos en una enorme tienda levantada en el barrio "109" de Erbil.
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Más de 5 mil cristianos, la mayoría de ellos refugiados internos, participaron de la ceremonia que inició a las 9:00 p.m. hora local.
Tras la homilía pronunciada por el Cardenal Sako, el Cardenal Filoni señaló en italiano, traducido al árabe por un intérprete, que el Papa Francisco le pidió transmitir a los cristianos iraquíes el mensaje de que "aunque estaré presidiendo la Vigilia en Roma, mi corazón estará con ustedes y mi pensamiento no los abandonará". "Por eso podemos decir que el Papa está acá", agregó.
"No he venido a hacer un tour, sino a hacer una peregrinación entre los cristianos perseguidos, una peregrinación que me ha hecho un gran bien espiritual", dijo el Purpurado italiano.
Al final de la Vigilia Pascual, el Cardenal Filoni volvió a tomar la palabra para indicar que, a nombre del Papa Francisco y de los fieles de la diócesis de Roma, había traído como regalo pascual –gracias a un puente aéreo proporcionado por el gobierno italiano– 6 mil "colombas" o palomas pascuales, un típico bizcocho italiano de Pascua; así como 10 mil rosarios "para que los refugiados sigan rezando por la Iglesia y el Papa".
La distribución de parte de las colombas enviadas por el Papa al final de la Misa en la gran carpa de Erbil produjo un clima de fiesta y alegría entre los refugiados cristianos.