Murieron como mártires, asesinados por odio a la fe, a manos de los terroristas del Estados Islámico (ISIS) el pasado mes de enero en Libia, y ahora un templo los recordará para siempre.
El miércoles 1 de abril, en la aldea de Al Awar, cerca de Samalot (Egipto), se colocó la primera piedra de la iglesia dedicada a los "Mártires de Libia", los 21 egipcios coptos decapitados en territorio libio por los yihadistas.
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Según informó la agencia vaticana Fides, el pueblo está situado a 25 kilómetros de Minya, en la provincia de la que procedían la mayoría de las víctimas de la barbarie yihadista.
Los 21 mártires murieron pronunciando por última vez las palabras "Señor Jesucristo", sellando así su martirio y su confianza en la victoria de Jesucristo.
Después del brutal asesinato, el presidente del país, Abdel Fattah al-Sisi, aprobó la construcción de la iglesia, y fue entonces cuando numerosos fieles lanzaron la propuesta de dedicar el templo a los 21 cristianos.
Por su parte, el Papa Francisco, llamó por teléfono al Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Copta, Tawadros II, para expresar su profundo dolor y cercanía en el sufrimiento con la Iglesia Copta, y ofreció una Misa por los 21 cristianos asesinados desde la Casa Santa Marta en el Vaticano.
"Ofrecemos esta Misa por nuestros 21 hermanos coptos, degollados solamente por el hecho de ser cristianos. Recemos por ellos, para que el Señor los acoja como mártires, por sus familias y por mi hermano Tawadros que sufre tanto", señaló el Papa Francisco durante la Misa celebrada el 17 de febrero.
El gobernador de Minya había celebrado una reunión del Comité de Conciliación con los representantes ancianos y influyentes de los clanes familiares cristianos y musulmanes de la zona, donde participaron representantes del ejército y de las fuerzas de seguridad.
Las reuniones de conciliación y la intervención de los tribunales y los militares también sirvieron para superar las protestas y resistencias que los grupos islamistas locales habían generado en un intento de bloquear el proyecto de construcción de la iglesia, que está patrocinada por el gobierno.