Un reciente estudio realizado con más de 2500 personas en Reino Unido reveló que entre los cristianos, principalmente, hay un profundo temor de expresar la fe públicamente debido a presiones laborales y sociales.
De acuerdo al estudio, publicado en marzo de este año por la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad del Reino Unido, un organismo que depende del gobierno, "un tema recurrente entre los empleados cristianos en particular era la presión que perciben por mantener sus creencias religiosas escondidas en el trabajo".
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"Lo que ellos consideraban como la incapacidad de expresar su religión, por ejemplo a través de símbolos religiosos, era vista por ellos como si fuera discriminación indirecta, ya que algunos empleados sentían que a los trabajadores sin ninguna religión, o de otras creencias religiosas, se les permitía usar formas no religiosas de joyería o símbolos", indicó el documento.
Un católico citado por el documento de forma anónima dijo que en su centro de labores "el usar o 'mostrar' un crucifijo, rosario o cualquier otra forma de joyería católica estaba prohibida, pero aretes en la nariz, perforaciones en la lengua y tatuajes estaban bien".
Según indicó la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad, algunos servicios o negocios dirigidos por cristianos "dijeron que sintieron confundidos sobre comportarse en formas que temían que podían atentar contra la Ley de Igualdad de 2010, que protege a las personas de discriminación en el centro de trabajo y al acceder a bienes y servicios".
Cuando los cristianos declaraban abiertamente su fe, reveló el informe, recibían burlas o eran tratados como intolerantes. Las agresiones alcanzaban incluso a sus niños, que eran ridiculizados en la escuela.
Un cristiano citado por el informe recordó que "he sido víctima de chismes e incluso me han llamado loco entre las enfermeras que se estaban burlando luego de que le dije a una de ellas, que pretendía simplemente conversar conmigo, que como parte de mi religión a veces ayuno. Me hizo sentir intimidado, inseguro y perseguido".
De acuerdo al reporte del organismo gubernamental británico, el cristiano entrevistado "escribió al administrador del hospital, que respondió que las enfermeras negaron este comportamiento y no se hizo nada".
"Otra participante cristiana describió ser burlado por enfermeras y dijo que las enfermeras se rieron de ella 'porque rezo cuando recibo inyecciones'".
La presión contra los cristianos habría llegado incluso a las familias que buscan adoptar niños.
Algunos participantes en el estudio reportaron que "habían sido rechazados como adoptantes debido a que dijeron que querían incorporar fuertes opiniones cristianas en cómo criarían a un niño".
"Otra participante dijo que ella conocía de una pareja bautista a quien el trabajador social le dijo que sería más difícil para ellos adoptar, debido a sus creencias religiosas", señaló el informe.