Es conocido como el "médico de los pobres" y su devoción es palpable sobre todo en Nápoles, la segunda ciudad más poblada de Italia. Se trata de San José Moscati, el doctor que atendía gratis a los necesitados, especialmente niños y ancianos, que fue beatificado por Pablo VI y canonizado por Juan Pablo II.
Osp. Bambino Gesù, domani esposte le reliquie di S. Giuseppe Moscati: LAZIO – ROMA – In… http://t.co/WPkjp0jnMF pic.twitter.com/2Lt7BgJY7w
- Alessandro Ginotta (@alexginotta) febrero 10, 2015
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El Papa Francisco visitará la ciudad el sábado y dentro de su apretada agenda acudirá en la tarde a la Basílica de Jesús Nuevo, donde se encontrará con un nutrido grupo de enfermos, a los que dirigirá unas palabras.
Precisamente en esta Iglesia se encuentra sepultado San José Moscati, santo del que han hecho incluso una película para la televisión que se ha exportado a varios países.
Moscati y el Papa Francisco tienen una característica especial que les une: la urgencia por ayudar a los más necesitados y ser así reflejo del amor de Dios en cada hombre.
Aquí rezará mañana el #Papa ante la tumba de San Giuseppe Moscati, el médico de los pobres #PapaenNápoles pic.twitter.com/EuLNmhvWLK
- Álvaro de Juana (@AlvarodeJuana_) marzo 20, 2015
La historia del santo así lo refleja. El médico napolitano ingresó en la universidad para estudiar medicina y con 22 años se graduó con las mejores calificaciones de su promoción. Cada día se levantaba muy temprano para ir a misa y recibir la comunión. Después se dirigía a las colonias pobres para ver algunos enfermos y a las 8:30 a.m. iniciaba el trabajo en el hospital.
Sus pacientes predilectos eran los pobres, algo de lo que dan fe muchas personas que lo conocieron. Es conocida una anécdota suya con un anciano pobre al que visitaba cada día. El anciano le pidió en una ocasión que fuera con él desayunar al café que estaba junto a la iglesia a la que acudía a misa. El día en el que el anciano no iba a desayunar, el doctor se acercaba preocupado hasta su domicilio para asistirlo.
Nunca cobró dinero a los pobres, a los que ayudaba siempre con una sonrisa y sin hacerse notar.
Su muerte llegó el 12 de abril de 1927, casi a los 47 años, mientras esperaba en el despacho de su casa la visita de los enfermos y sentado en un sillón.
La noticia de su fallecimiento se difundió rápidamente por toda la ciudad con las palabras "ha muerto el médico santo" y fueron los pobres quienes más lloraron la pérdida de su amigo y doctor.
Entre los primeros que acudieron a rezar ante su cadáver estuvo el Cardenal Ascalesi, quien ante los presentes dijo: "el doctor pertenecía a la Iglesia; no a aquella de quienes sanó el cuerpo, sino de la de quienes salvó el alma y que salieron a su encuentro mientras subía al cielo".
Fue beatificado en 1975 por el Papa Pablo VI y canonizado gracias al milagro de la curación de leucemia del joven Giuseppe Montefusco en 1979. Precisamente fue en la Iglesia de Jesús Nuevo donde la madre del joven pidió la intercesión del entonces beato.
Todo listo para la visita del #PapaFrancisco en la #catedral de #Napoles #PapaenNápoles pic.twitter.com/zB8xLc1eMI
- Álvaro de Juana (@AlvarodeJuana_) marzo 20, 2015
Algunos días antes, por la noche, vio en sueños la foto de un médico en batín blanco. Contó el sueño a su párroco, quien le habló del Beato Moscati. La señora fue a la Iglesia de Jesús Nuevo y enseguida reconoció el rostro de la imagen que vio en sueños. Desde ese momento rezó a Moscati y consiguió que se le unieran parientes y amigos. Su hijo Giuseppe se curó totalmente en pocos días y regresó a su trabajo como herrero.
Moscati fue canonizado por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987 y su fiesta litúrgica se celebra cada 16 de noviembre.