El confesionario es uno de los lugares más privados y privilegiados del mundo. Así que cuando una periodista italiana violó el secreto de confesión tras acudir a varios sacerdotes, el Arzobispo de Bologna (Italia) denunció su "grave falta de respeto" a todos los católicos.
Laura Alari escribe para el periódico italiano Quotidiano Nazionale, que tiene su sede en Bolonia. Es autora de una serie de cuatro artículos en el periódico que revelan las respuestas de algunos sacerdotes cuando ella se acercó a ellos con el pretexto de buscar confesarse.
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Alari acudió a la confesión varias veces, inventando situaciones complicadas por las que pasaba: fingió ser una madre lesbiana que pedía bautizar a su hija; en otra ocasión una mujer que convivía con su pareja del mismo sexo; y también una mujer divorciada vuelta a casar por lo civil que comulga todos los domingos.
El 11 de marzo, el Arzobispo de Bologna, Cardenal Carlo Caffarra, respondió en un comunicado que "con desconcierto por el incidente y con un alma herida por una tristeza profunda, quiero reiterar que estos artículos constituyen objetivamente una falta grave contra la verdad de la Confesión, un sacramento de la fe cristiana".
El Arzobispo señaló que los artículos de Alari "muestran una grave falta de respeto a los creyentes, quienes recurren a la confesión como uno de los bienes más preciados, ya que abre a ellos los dones de la misericordia de Dios; y (una falta de respeto) a los confesores, al exponerlos a la duda de un posible engaño, lo que puede alterar la libertad de juicio que se basa en una relación de confianza con el penitente, como la que existe entre un padre y un hijo".
El Cardenal subrayó que los artículos de Alari fueron escritos mediante "un deliberado engaño al confesor y violando con ello el carácter sagrado del sacramento, que como primera condición requiere la sinceridad de contrición de parte del penitente".
El Purpurado recordó que la publicación de los contenidos de una confesión es uno de los delitos más graves en la Iglesia, los cuales están bajo la competencia directa de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Esta Congregación estableció de forma clara, en las normas publicadas el 21 de mayo de 2010, que entre los crímenes más graves que se encargan de investigar, se encuentra el "que consiste en la grabación, a través de cualquier medio técnico, o la difusión maliciosa a través de los medios de comunicación, de lo que se dice en la confesión sacramental, ya sea verdadero o falso, por parte del confesor o el penitente".
"Cualquier persona que comete este tipo de delito es castigado de acuerdo con la gravedad de éste, sin excluir, si es un clérigo, la destitución o deposición", dicta la normativa, a la que el Cardenal Caffarra apunta en su declaración.
Alari también fue criticada por la Orden Profesional Italiana de Periodistas.
Enzo Iacopino, presidente de la organización, dijo al periódico Avvenire que sus normas éticas "no permiten a los periodistas ocultar su identidad y actuar disfrazados, a menos que la vida del mismo periodista esté en peligro o que revelar su identidad hiciera imposible la redacción del artículo... pero develar lo que dice la Iglesia respecto a los divorciados y divorciados en nueva unión, junto con el Bautismo, no exige mirar por el ojo de la cerradura".
"¿Qué encontró ella? sacerdotes que son fieles al Magisterio de la Iglesia y que se acercan a los fieles con humildad, a fin de encontrar con cada persona la mejor y más humana forma de enfrentar sus problemas", destacó Iacopino.
Por otra parte, Andrea Cangini, editora del Quotidiano Nazionale, respondió que "si entrevistas a cualquier persona en sus funciones tendrás respuestas que pueden estar sesgadas. Sólo de esta manera hemos sido capaces de entender cómo reacciona el sacerdote común de una parroquia. Es interesante".
Traducido por: Bárbara Bustamante