El camino a la santidad sí es posible en la vida conyugal. Los primeros en dar testimonio son la Santísima Virgen María y su esposo San José, así como los abuelos de Jesús y padres de la Virgen: San Joaquín y Santa Ana.
Los Santos Louis Martin y Marie Zélie Guérin, padres de Santa Teresita de Lisieux, canonizados el 18 de octubre de 2015, conforman la primera pareja de esposos en ser canonizados en la misma ceremonia.
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Desde el inicio del cristianismo una numerosa lista de esposos alcanzaron la santidad a través del martirio como los cónyuges Áquila (o Aquilino) y Priscila, colaboradores del apóstol Pablo que expusieron sus propias vidas para protegerlo según relata el Nuevo Testamento. Gracias a su testimonio sabemos que "toda casa puede transformarse en una pequeña iglesia. No sólo en el sentido de que en ella tiene que reinar el típico amor cristiano, hecho de altruismo y atención recíproca, sino más aún en el sentido de que toda la vida familiar, en virtud de la fe, está llamada a girar en torno al único señorío de Jesucristo", según dijo Benedicto XVI en 2007.
En el siglo VI alcanzaron la santidad San Gordiano y Santa Silvia, padres de San Gregorio Magno, y en el siglo VII en Bélgica San Vicente y Santa Valdetrudis, fueron padres de cuatro hijos santos: San Landerico, Obispo de París, San Dentellino, Santa Aldetrudis y Santa Madelberta (abadesas del monasterio de Maubeuge).
Los padres de Santa Valdetrudis también fueron santos, se trata de San Walberto y Santa Bertilia. Su hermana Santa Aldegundis también alcanzó la santidad.
En el siglo XII vivió San Isidro Labrador junto a su esposa Santa María de la Cabeza. Se dice que cierto día estaban ellos en el campo y su hijito se cayó a un pozo muy profundo. Los esposos, al no poder rescatarlo, se arrodillaron y se pusieron a rezar. De pronto, las aguas empezaron a subir y apareció el niño sin ningún rasguño.
En Brasil se venera a los Beatos Manuel Rodrigues Moura y su esposa, víctimas de la persecución que se desencadenó contra la fe católica (1645). Junto a ellos están muchas parejas mártires en Japón y Corea.
En el año 2001 en una misma ceremonia fueron beatificados los esposos italianos Luigi y Maria Beltrame Quattrochi, una pareja que contrajo matrimonio en 1905. Tuvieron dos hijos varones que se hicieron sacerdotes y dos hijas mujeres. Una de sus hijas se casó y la otra se hizo religiosa. Tres de sus hijos asistieron a la ceremonia de beatificación.