El discurso que el Papa Francisco dirigió en la mañana del viernes a los Obispos de Ucrania en visita ad Limina, se refirió sobre todo a la situación de inestabilidad y guerra que vive el país en estos momentos. Así como a los desafíos de la sociedad ucraniana.
"Se encuentran, como país, en una situación de grave conflicto, que se está prolongando desde hace varios meses y continúa cosechando numerosas víctimas inocentes y causando graves sufrimientos a toda la población", dijo al iniciar su discurso.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Pontífice indicó que "en este periodo, como les he asegurado en más de una ocasión directamente a través de los cardenales enviados, estoy especialmente cerca de ustedes con mi oración por los difuntos y por todos aquellos que son golpeados por la violencia, con la súplica al Señor para que conceda rápido la paz, y con la petición a todas las partes interesadas para que sean aplicadas las resoluciones de común acuerdo y sea respetado el principio de la legalidad internacional".
De modo, especial, "que sea observada la tregua recientemente suscrita y sean aplicados todos los demás compromisos que son condiciones necesarias para impedir la reanudación de las hostilidades".
Francisco aseguró conocer los hechos históricos que han provocado esta situación, "cuestiones que en parte tienen una base política, a las cuales no son llamados a dar una respuesta directa, pero también hay tragedias socio-culturales y dramas humanos que esperan su contribución directa y positiva".
Para ello, "es importante escuchar atentamente las voces que vienen del territorio, donde vive la gente confiada a su cuidado pastoral".
Además, "escuchando a su pueblo se muestran solícitos a los valores que lo caracterizan: el encuentro, la colaboración, la capacidad de resolver los conflictos" y, "en pocas palabras, la búsqueda de la paz posible".
"Este patrimonio ético lo fecundan con la caridad, el amor divino que fluye desde el corazón de Cristo", dijo.
Después, el Papa dijo ser consciente de la existencia entre ellos de las tradiciones oriental y latina.
Al ser ciudadanos de Ucrania, el Pontífice señala que "tienen el derecho de exponer, también en común, su pensamiento acerca de su destino. No en el sentido de promover una concreta acción política, sino en las indicaciones y referencias a los valores que constituyen el elemento coagulante de la sociedad ucraniana, perseverando en la incansable búsqueda de la concordia y del bien común, incluso frente a las graves y complejas dificultades".
El Santo Padre aseguró a los obispos ucranianos que "la Santa Sede está a su lado, también ante las instancias internacionales, para hacer comprender sus derechos, sus preocupaciones y los justos valores evangélicos que los animan".
El Papa comentó también que la crisis que atraviesa el país ha tenido "graves repercusiones en la vida de la familia". A esto se une "las consecuencias del malentendido sentido de la libertad económica que ha permitido formar un pequeño grupo de personas que se ha enriquecido enormemente a expensas de la gran mayoría de los ciudadanos".
A los obispos les pidió no cansarse de hacer presente "la fe y la responsabilidad pastoral", promover la justicia, la familia, a los pobres y débiles; así como "orar y trabajar por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada", así como cuidar su formación "para el servicio de un conocimiento más profundo y orgánico de la fe en el pueblo de Dios".
El Papa también exhortó a la unidad entre los obispos. "Me duele escuchar que hay malentendidos y heridas. Es necesario que haya un médico, que es Jesucristo, a quien ambos (los obispos de rito latino y greco-católico) sirven con generosidad y de todo corazón".
"Son un cuerpo único y, como ya hicieron en el pasado San Juan Pablo II y Benedicto XVI, los exhorto por mi parte a encontrar entre ustedes la manera de acogerse los unos a los otros". "La unidad del episcopado es dar un buen testimonio al pueblo de Dios, rendir un inestimable servicio a la nación, sea desde el plano cultural y social o sea, sobre todo, desde el espiritual", señaló.
Por último, "sea como greco-católicos o como latinos, son hijos de la Iglesia Católica, que también en su tierra por un largo periodo de tiempo estuvo sujeta al martirio". "La sangre de sus mártires, que interceden por ustedes desde el cielo, sea aún más motivo para empujarlos a la comunión de los corazones".
Para terminar, les invitó a tener relaciones respetuosas y útiles con las autoridades públicas y cuidar de los pobres, "ellos son su riqueza".
La situación entre Ucrania y los separatistas pro-rusos continúa siendo de extrema gravedad. El pasado 15 de febrero entró en vigor una nueva tregua que establecía, entre otros puntos, el retiro de tropas y armamento pesado de las zonas de combate en las ciudades separatistas de Donetsk y Lugansk.
Sin embargo, los combates siguieron especialmente en la localidad de Debáltsevo debido a su importancia estratégica, ya que es el punto de unión entre ambas ciudades y el camino hacia Moscú
Días más tarde, el presidente ucraniano Poroshenko anunció que ya se había iniciado el retiro del 80 por ciento de las tropas instaladas en Debáltsevo. Se trata de la tercera tregua acordada entre Ucrania y los separatistas pro-rusos, pero aún quedan por definir las condiciones para un acuerdo aceptable para todas las partes en conflicto.
A fecha del 11 de febrero de este año, habían perdido la vida en el conflicto al menos 5.486 personas, mientras que 12.972 han sido heridas. Según las Naciones Unidas, los refugiados son ya casi un millón, mientras que otros 600.000 habitantes de Donbás, en el sureste de Rusia, han buscado refugio en el extranjero, sobre todo en la vecina Rusia.