El vaticanista Sandro Magister recordó el testimonio de vida del Cardenal Jean Daniélou, un jesuita crítico con el disenso de religiosos y que reiteradamente ofreció al Señor su vida por la salvación de su hermano homosexual, Alain.
Magister recordó que del 12 al 13 de febrero en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, con el patrocinio de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, se realizan las jornadas de estudio "Ratzinger y Daniélou frente al misterio de la historia".
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"Esta vez Daniélou se encuentra al lado de Ratzinger. Y con razón, porque ambos están entre los escasísimos grandes teólogos católicos del siglo XX que han elaborado una visión de la historia auténticamente bíblica y cristiana: una historia no gobernada por el azar, ni por la necesidad, sino repleta de las 'magnalia Dei', las acciones grandiosas de Dios, una más asombrosa que la otra".
El vaticanista, en su artículo titulado "Mi hermano homosexual", señaló que "los 'Carnets spirituels' de Daniélou, sus diarios espirituales, publicados veinte años después de su muerte, han levantado el velo sobre su espíritu y sus obras escondidas, como también lo ha hecho 'Le chemin du labyrinthe', la autobiografía de su hermano Alain, homosexual, convertido a un hinduismo de impronta erótica y compañero de vida del fotógrafo suizo Raymond Burnier".
Magister citó a Jonah Lynch, de la Pontificia Universidad Gregoriana, promotor y relator del congreso, quien señaló que "de los diarios, son conmovedoras las páginas en las que Jean Daniélou ofrece la propia vida por la salvación de su hermano homosexual Alain, mientras éste, a su vez, en el 'Chemin du labyrinthe' rinde homenaje a Jean y a su amor sincero, si bien no comparte sus posiciones".
"Se ve resplandecer en la vida del cardenal un enfoque 'pastoral' y delicado, un genuino amor evangélico, tan de moda ahora, pero junto al elevadísimo precio que dicho amor exige. En Jean Daniélou el amor a los alejados no era un mero adorno, sino una realidad que valía incluso el martirio", dijo Lynch.
En su autobiografía, Alain Daniélou señaló que su hermano, el Cardenal, "tuvo siempre hacia mí una amabilidad perfecta. Durante toda su vida sintió remordimientos por el modo como la familia me había tratado y dejado sin sustento".
"Ser nombrado cardenal fue para Jean una liberación. Era finalmente libre de la constricción jesuítica de la que, estoy seguro, había sufrido. Los últimos años de su vida fueron los más felices", aseguró Alain.
En un artículo anterior sobre la vida del Cardenal Daniélou, Magister limpió el nombre del Purpurado, que falleció en el apartamento de una prostituta en París. Según varios testigos han explicado que el Purpurado llegó para darle dinero a la mujer para el abogado que sacaría de la cárcel a su esposo.
Su muerte fue usada por la prensa francesa y teólogos disidentes para atacar la iglesia, debido a su ortodoxia católica.
Lee el texto completo del artículo de Sandro Magister en: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350992?sp=y