La editorial Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) ha publicado el libro 'Eucaristía y divorcio: ¿Hacia un cambio de doctrina?' escrito por el P. José Granados, que es consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y vicepresidente del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre Matrimonio y la Familia en Roma.
La agencia SIC de la Conferencia Episcopal Española ha entrevistado a su autor y ha subrayado la importancia de término "doctrina en cristiano".
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Según explica, el P. Granados las palabras 'doctrina' y 'verdad' no tienen buena fama ya que la primera se entiende como "una red que encorseta, que cierra horizontes de novedad", mientras que la palabra verdad parece ser una imposición, sin embargo nada más lejos de la concepción cristiana.
"La idea al escribir el libro era, en primer lugar, una preocupación pastoral" tras los debates del Sínodo de la Familia y ante la postura de algunos de admitir a la Eucaristía a los divorciados en nueva unión.
"Quienes proponen aceptarles a la comunión dicen que con esto no se toca la doctrina. En el Sínodo se estaría discutiendo, según ellos, solo sobre cuestiones pastorales, que no afectarían a las palabras de Jesús sobre el divorcio", asegura el P. Granados.
"Mi impresión era que detrás de este argumento se escondía una visión muy pobre de la doctrina cristiana, como si fuese un ideal, un listón alto que la Iglesia pone ante los hombres, pero que luego hay que adaptar a la realidad concreta y frágil", precisa.
Por eso asegura que escribió este libro "para profundizar en este tema a la luz de la gran reflexión teológica de la Iglesia", "creo que una conclusión importante del libro es que la doctrina de la Iglesia nace siempre en los sacramentos y que es inseparable de ellos, y que por eso es siempre doctrina encarnada".
"Precisamente la Eucaristía cobra un papel importante para saber qué es la doctrina, porque es allí donde la Iglesia ha confesado siempre su fe, no solo de palabra, sino en signos vivos", subraya el autor del libro.
"En el libro sostengo que si se permitiese la comunión a los divorciados que viven en nueva unión civil, cambiaría, no solo la doctrina, sino la fuente misma de donde brota la doctrina", subraya.
El P. Granados asegura que "el Sínodo de 2014 ha concluido con una pregunta sobre la mesa que no ha sido resuelta y que se ha propuesto de nuevo en el cuestionario repartido recientemente. Por tanto es seguro que volverá a salir en el próximo sínodo" y por eso asegura que "es importante plantear lo que hay en juego. Es muy distinto que se trate, como dicen algunos, de una adaptación pastoral; a que sea, como afirman otros, una cuestión de doctrina".
En ese punto entra su libro, "según he tratado de mostrar, en este debate hay en juego una cuestión de doctrina, que toca la fidelidad de la Iglesia a las palabras de Jesús. Y esto porque la Iglesia no confiesa su doctrina como enunciado teórico, sino en modo encarnado y narrativo, en modo sacramental. Y precisamente la Eucaristía es el lugar de esta confesión, porque allí el relato de Jesús se hace cuerpo en la vida del creyente".
"La indisolubilidad, la doctrina enseñada por Jesús, no se confiesa solo como una idea, sino como la coherencia vital entre la vida del creyente y el cuerpo de Jesús en la Eucaristía. En el libro sostengo que si se permitiese la comunión a los divorciados que viven en nueva unión civil, cambiaría, no solo la doctrina, sino la fuente misma de donde brota la doctrina", subraya.
"Alguien que no quiere vivir, en sus relaciones concretas, de acuerdo con este cuerpo de Cristo, de acuerdo con la verdad del matrimonio, no puede decir "Amén". Y si la Iglesia le acepta a la comunión, ella misma dejaría de ser signo visible del amor de Jesús a los hombres", explica.
Sin embargo el P. Granados insiste en que la Iglesia tiene una palabra de esperanza para las personas divorciadas: "sí, hay un camino para los divorciados que viven en esta situación. Si se les admitiese sin más a recibir la comunión, ya no habría camino, dejarían de preguntarse por esta contradicción entre su vida y las palabras de Jesús, echarían tierra sobre su promesa esponsal. Pero si aceptan esta distancia, ya están dando un primer paso para que la palabra de Jesús pueda hacerse verdad en sus vidas", explica.
"Si acogen estas palabras de Jesús que se traducen en la imposibilidad de acercarse a comulgar; si aceptan considerar su situación a la luz de estas palabras, ya se están poniendo en marcha. La Iglesia está llamada a acogerles con misericordia y paciencia, a acompañarles, a invitarles a su oración, misión y servicio", asegura.
El sacerdote insiste luego en que "es verdad, con esto no les quita el sufrimiento de esta situación, pero hace algo más grande: mostrar cómo este sufrimiento se puede hacer fecundo".
"No faltan testimonios concretos de cómo este camino conduzca a una conversión, para volver a vivir según la verdad del matrimonio, a la altura del don que Jesús nos hace en la Eucaristía", concluye el experto.