A pesar de las advertencias de líderes religiosos y científicos, los legisladores británicos votaron el 3 de febrero a favor de permitir una versión de la fertilización in vitro que usa el ADN de tres personas diferentes para concebir un bebé.
"Ya que este es territorio inexplorado y los niños nacidos de esta tecnología tendrían cambios genéticos hereditarios, hay también riesgos desconocidos significativos para las futuras generaciones", dijo al diario británico The Telegraph el Dr. Paul Knoepfler, profesor asociado de la Universidad de California-Davis.
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El Dr. Knoepfler dijo que la movida para legalizar dos procedimientos de fertilización podría ser un "error histórico" que pone "serios riesgos médicos" para las personas concebidas así. Estos riesgos podrían incluir defectos en el desarrollo o mayores tasas de envejecimiento y cáncer, advirtió.
El 3 de febrero la Cámara de los Comunes del parlamento británico aprobó por 328 votos contra 128 una ley para permitir las técnicas de modificación de embriones.
Uno de los objetivos de estas técnicas es atender a mujeres con óvulos que presentan mitocondrias defectuosas.
Normalmente, las mitocondrias convierten el alimento en energía que el cuerpo puede usar. En las mitocondrias enfermas esto puede llevar a daño cerebral, atrofia muscular, insuficiencia cardiaca y ceguera, informa la BBC.
Las técnicas aprobadas buscan sustituir las mitocondrias de la madre con los de un donante.
Las regulaciones permiten dos técnicas: transferencia pronuclear, en la que dos embriones humanos son destruidos en el proceso de creación de un embrión modificado con la mitocondria de un donante; y un método de "reparación de óvulo", en el que el material genético de la madre es insertado en el óvulo de una donante con buenas mitocondrias, tras lo cual el óvulo es fertilizado in vitro.
Antes de la votación del 3 de febrero, los Obispos Católicos de Inglaterra y Gales advirtieron que hay "serias objeciones éticas" a los procedimientos, indicando que una técnica involucra "la destrucción de embriones como parte del proceso".
"El embrión humano es una nueva vida humana, y debe ser respetada y protegida desde el momento de la concepción", dijo Mons. John Sherrington, del departamento de Responsabilidad Cristiana y Ciudadanía de la Conferencia Episcopal.
"Este es un paso más en la mercantilización del embrión humano y un fallo en el respeto de nuevas vidas de individuos humanos", dijeron los Obispos de Inglaterra y Gales.
El proyecto de ley será sometido a voto en la Cámara de los Lores. La parlamentaria Fiona Bruce se encontraba entre quienes votaron contra el procedimiento, y se refirió a las preocupaciones sobre la modificación genética de seres humanos, diciendo que "las implicaciones de esto simplemente no se pueden predecir".
"Pero una cosa es segura, una vez que se haya realizado esta alteración, como alguien dijo, una vez que el genio está fuera de la botella, una vez que estos procedimientos que se nos ha pedido autorizar avancen, no habrá vuelta atrás para la sociedad".
La ministra de Salud Pública del Reino Unido, Jane Ellison, apoyó el proyecto de ley diciendo que es un "paso considerado e informado".
"Este es ciencia líder en el mundo dentro de un régimen regulatorio altamente respetado", dijo, de acuerdo a la BBC. "Y para las muchas familias afectadas, esta es una luz al final de un túnel muy oscuro".
El reverendo Brendan McCarthy, consejero nacional sobre éticas médicas para la Iglesia de Inglaterra, que tiene como cabeza a la reina Isabel II, dijo que cambiar la línea germinal humana "representa una línea divisoria ética" y propuestas sobre la aprobación de las técnicas necesitan cuidado y un "debate comprensivo y grado de consenso"
En un comunicado difundido el 30 de enero, dijo que la posición de los anglicanos es que la ley no debe ser cambiada sin un mayor estudio científico y debate sobre la eficacia y seguridad de las técnicas".
Los Obispos católicos indicaron que no se han realizado ensayos clínicos de las técnicas propuestas para aprobación. Un ensayo clínico de la técnica podría ser problemático legalmente bajo la directiva de 2001 de la Comisión Europea, que prohíbe ensayos clínicos de terapias genéticas que modifican la "línea germinal" del sujeto, es decir sus células sexuales que pasan características genéticas hereditarias.
El Dr. Trevor Stammers, director de Bioética y Ley Médica en la Universidad de Saint Mary, dijo que incluso si los bebés concebidos a través de esta técnica nacen, "tendrán que estar monitoreados todas sus vidas, y sus hijos tendrán que estarlo también".
"No sabemos aún la interacción entre las mitocondrias y el ADN nuclear. Decir que es lo mismo como cambiar una batería es superficial. Es una cosa extremadamente compleja", dijo, de acuerdo a The Telegraph.