Después de rezar el Ángelus, desde la ventana del Apartamento Apostólico, el Papa Francisco confesó seguir "con viva preocupación la escalada de los enfrentamientos en Ucrania oriental, que continúan provocando numerosas víctimas entre la población civil".

"Mientras aseguro mi oración para cuantos sufren, renuevo un apremiante llamamiento para que se retomen los intentos de diálogo y si ponga fin a todas las hostilidades", añadió.

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Este fin de semana, los separatistas pro-rusos del Este de Ucrania han emprendido una ofensiva para ampliar sus dominios. El sábado por la mañana, la violencia alcanzó la ciudad de Mariúpol, en el mar de Azov. Durante los enfrentamientos, al menos veinte civiles han muerto por fuego de artillería.