Patricia Gonnelle, analista política y líder pro-vida, denunció recientemente que el proyecto de ley que está elaborando el Ministerio de Salud de Chile contiene diversas ambigüedades que favorecerían el aborto libre en el país.
El gobierno de Chile se ha autoimpuesto como plazo para presentar el proyecto de ley al Congreso el 31 de enero de este año.
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El pasado 11 de enero, el diario chileno El Mercurio reveló las minutas de la comisión presidencial del Ministerio de Salud que trabaja el proyecto de ley del aborto, que buscaría su despenalización en caso de riesgo de vida para la madre, inviabilidad del niño en el vientre o violación.
Para Patricia Gonnelle, directora del Proyecto Esperanza, organización chilena que acoge a madres con embarazos vulnerables, las ambigüedades en el proyecto abren "las puertas para el aborto libre".
En diálogo con ACI Prensa, Gonnelle advirtió que "en vez de hablar de riesgo de la vida de la madre, ponen riesgo de la salud de la mujer. Cuando hay riesgo de la vida, hay riesgo de muerte. En cambio, en caso de riesgo a la salud, no hay peligro de muerte, sino que hay algo que puede afectar la salud de la mujer".
"Es ahí donde está la trampa", advirtió, "porque ¿de qué salud estamos hablando? Porque, para la OMS (Organización Mundial de la Salud), la definición de salud no es solamente la presencia o ausencia de enfermedad, la salud para la OMS es la sensación de bienestar".
La líder pro-vida señaló que con este proyecto de ley "cualquier cosa que afecte la salud psicológica de la mujer, o su bienestar social o económico, podría ser causal de aborto".
"Esto abre las puertas para el aborto libre, como en Europa, donde una mujer puede decir que su salud mental está gravemente afectada por el embarazo, y con eso puede abortar", dijo.
Indicó que la redacción actual permitiría casos como el de "un marido, con su mujer inconsciente en el hospital y sin un papel escrito respecto de sus intenciones de salvar al bebé, considere que es mejor abortar o se vea influido por la opinión de los médicos, y entonces acepte un aborto sin el consentimiento de la mujer".
"La vida del niño se deja a merced de la voluntad de los médicos, si no hay un papel firmado por su madre en que pida que se le salve la vida".
Podría darse otra situación en la que "si un padre quiere defender la vida de su hijo, pero la madre no, el padre no tiene voz en la decisión. Todas las decisiones recaen en la mujer y se la deja sola, con toda la responsabilidad, ante la situación de un embarazo vulnerable".
"Se erradica al hombre de la responsabilidad de su acto sexual y se le extirpa su derecho a la paternidad", lamentó.
Gonnelle además advirtió que "lo que plantea el Ministerio de Salud es, definitivamente, aborto eugenésico. Y, como no se hace una lista de las malformaciones consideradas como causales, eventualmente cualquier malformación, grande o pequeña, podría convertirse en causal de aborto, desde un labio leporino hasta una espina bífida y hasta un Síndrome de Down".
El caso de las mujeres violadas, por el que el proyecto solicita ampliar el plazo para realizar el aborto, sin fijar plazos ni un protocolo para definir el abuso sexual, se trata de "otra puerta más para el aborto libre", dijo.
La directora del Proyecto Esperanza señaló que actualmente "cuando llega una mujer con un aborto provocado a medio terminar, los doctores se dan cuenta inmediatamente y, por el estado psicológico de la mujer, muchas veces logran captar que ese niño ha sido producto de una violación. Cuando hay sospecha de delito-según la ley vigente-, inmediatamente el personal médico tiene que avisar a la Fiscalía, que inicia entonces una investigación del caso".
"Si se confirma que hubo violación, lo que va a hacer la Fiscalía no es perseguir a la mujer que llegó con el aborto, sino que va a averiguar las circunstancias del aborto: Si es que fue obligada a abortar, si es que fue abusada sexualmente, si es que ha sido víctima de violencia, etc".
"Por lo tanto, no es que el juez vaya a perseguir a la mujer que llega al centro médico con un aborto, sino que va a perseguir, por un lado, al autor del aborto y, por otro, al violador", aseguró, descartando la supuesta persecución legal a las mujeres embarazadas producto de una violación que se someten a un aborto.