Durante el vuelo Papal que lo llevó a Filipinas el Papa Francisco anunció que en el mes de setiembre durante el Encuentro Mundial de las Familias será canonizado el Beato Junípero Serra, conocido como el Padre de California por su papel evangelizador.
Junípero Serra Ferrer nació el 24 de noviembre de 1713 en Petra, Mallorca (España). Fue bautizado con el nombre de Miguel. Sus padres fueron Antonio Serra y Margarita Ferrer, quienes a pesar de ser analfabetos quisieron que su hijo estudiara e ingresara al convento franciscano de San Bernardino en Petra, Después con el fin de ampliar sus estudios partió al Convento de San Francisco de Palma de Mallorca. A los 16 años se convirtió en fraile y cambió su nombre por el de Junípero. Se dedicó a la docencia de filosofía de 1740 a 1743 en el Convento de San Francisco y luego ocupó el cargo de profesor de Teología Escotista en la Universidad Luliana de Palma.
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En 1749 y motivado por su celo evangelizador partió, junto con veinte misioneros franciscanos, hacia el Virreinato de la Nueva España, nombre colonial de México.
Mientras sus acompañantes siguieron su camino hacia la ciudad de México en carruajes, fray Junípero y un religioso andaluz decidieron hacer el camino a pie. Fue un recorrido de 500 kilómetros y a raíz de ese viaje fray Junípero contrajo una dolencia en una pierna que le acompañó el resto de sus días.
En México impulsó su labor misionera en el Colegio de Misioneros de San Fernando. Luego de seis meses recibió la aprobación del Virrey para iniciar su misión en Sierra Gorda, un territorio montañoso donde ya habían fracasado algunos franciscanos. En este lugar permaneció 9 años dedicado a convertir a los indígenas, enseñándoles la agricultura, ganadería, así como a hilar y tejer.
En 1767, Carlos III decretó la expulsión de todos los miembros jesuitas de todos los dominios de la corona, lo que incluía al Virreinato de Nueva España.
Los jesuitas, que atendían la población indígena y europea de las Californias, fueron sustituidos por 16 misioneros de la orden de los franciscanos encabezados por fray Junípero. La comitiva salió de la ciudad de México el 14 de julio de 1767 y embarcó por el puerto de San Blas rumbo a la península de Baja California. Tras una corta travesía arribaron a Loreto, sede de la Misión de Nuestra Señora de Loreto, que es considerada la madre de las misiones de la Alta y Baja California.
Una vez que llegó la comitiva a la península, determinaron seguir explorando la Alta California para llevar la luz del Evangelio a la población indígena.
El 3 de julio se erigió la Misión de San Carlos de Borromeo. En julio de 1771 se estableció la Misión de San Antonio de Padua y en agosto la de San Gabriel, que se encuentra en la actual área metropolitana de Los Ángeles. El 1 de septiembre de 1772 fundó la misión de San Luis Obispo de Tolosa.
Junípero Serra y sus colaboradores siguieron la línea de acción establecida durante su estancia en la Sierra Gorda de Querétaro. Cuando llegaban a un lugar conveniente, levantaban una capilla, unas cabañas para residencia de los frailes y un pequeño fuerte protector contra posibles ataques. Acogían a los indígenas que se aproximaban movidos por la curiosidad y, una vez ganada su confianza, les invitaban a establecerse en las proximidades de la misión.
Los misioneros catequizaban a los indígenas, les enseñaban nociones de agricultura, ganadería y albañilería, les proporcionaban semillas y animales y les asesoraban en el trabajo de la tierra.
Junípero Serra falleció en la Misión de San Carlos Borromeo (Monterrey, California), el 28 de agosto de 1784. Sus restos se encuentran en la Basílica de esta misma misión.
El Beato Junípero Serra es el único español que tiene una estatua en Salón Nacional de las Estatuas situado en el Capitolio, donde reside el poder legislativo de los Estados Unidos y lugar donde están representados los personajes más ilustres de esa nación. El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988.