"México atraviesa una severa crisis de corrupción política, que pone en juego al sistema, de tal suerte que, o se busca pronto la manera de erradicar la corrupción, o en poco tiempo nuestra débil democracia quedará hecha añicos", señala la editorial semanario "Desde la Fe" de la Arquidiócesis de México.
"El país está gravemente herido e infectado de una bacteria que tiene a la democracia al borde de la muerte: la corrupción, una práctica habitual que se ha convertido en "algo natural", al grado de constituir una condición personal y social relacionada con la costumbre", destaca el artículo publicado esta semana.
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La publicación a continuación hace referencia a un discurso del Papa Francisco que hizo a la Asociación Internacional de Derecho Penal, en el que advierte sobre los daños sociales que causa la corrupción en el manejo de recursos públicos, operaciones comerciales y financieras y en negociaciones particulares. Por ello, el Sumo Pontífice llamó a combatir todas las formas de corrupción.
"En México, la corrupción ha permeado en todas las instituciones políticas y de gobierno, como una epidemia que pareciera no tener cura. Y es que, como escribió el filósofo católico Gabriel Zaid en su libro La economía presidencial, la corrupción no es una característica desagradable del sistema político mexicano: es el sistema", afirma el editorial semanario.
En este sentido, se sostiene que para que el país avance, entonces se debe combatir con el flagelo de la corrupción, verdadera causa del narcotráfico y el crimen organizado, entre otros problemas que atraviesan las instituciones y la población.
Más adelante afirma que en el fondo de la corrupción está el pecado capital de la avaricia. De aquí el hecho de que el dinero público no se use en bien común, sino en acciones inmorales, mientras que millones de personas carecen de las condiciones básicas para subsistir.
Asimismo, las causas del mal de la corrupción son resumidas concretamente en una falta de control de los servidores públicos, quienes se creen con derecho a infringir la ley sin impunidad. Esto unido a la justicia supeditada al poder político con escandalosos favores e indultos.
La solución explícita está en los estrictos controles de corrupción, tanto precautorios como punitivos, unidos a las exigencias de los propios partidos políticos para eliminar la corrupción al interior de sus instituciones.
El Editorial Semanario de la Arquidiócesis de México termina diciendo que "basta querer servir a México para comenzar un verdadero cambio".
Para leer el artículo completo, visite: http://www.siame.mx/apps/info/p/?a=12770&z=32