Dos prestigiosos analistas católicos llamaron la atención sobre el creciente descontento que estaría causando en las autoridades de la curia vaticana la presión de los obispos alemanes para forzar la aprobación de la comunión para los divorciados en nueva unión.
Edward Pentin, experto en información del Vaticano, destacó en un artículo publicado en diciembre de 2014 en el sitio web Newsmax el creciente descontento en las autoridades vaticanas por las presiones de los obispos de un país en el que los católicos son cada vez menos.
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"Algunas importantes autoridades vaticanas han cuestionado abiertamente por qué alguien debe escuchar a líderes de una Iglesia que está perdiendo miembros rápidamente, donde la fe es débil", indicó Pentin, recordando que en 2012 un total de 118,335 católicos se apartaron de la Iglesia en Alemania.
Pentin destacó que, con 6,7 mil millones de dólares en ingresos en 2013, la Iglesia en Alemania es "la Iglesia más adinerada en todo el mundo" y Cáritas Alemania, con 560 mil trabajadores, es el segundo empleador más grande del país, después de Volkswagen.
La Conferencia Episcopal Alemana obtiene los casi 7 mil millones de dólares del impuesto eclesiástico cobrado a los fieles a través del estado.
Desde 2012, los obispos de Alemania decretaron que quienes no paguen el impuesto eclesiástico no pueden acceder a los sacramentos de Confesión, Comunión, Confirmación o Unción de los Enfermos.
Damian Thompson, en un artículo publicado en el diario britanico The Spectator el 29 de diciembre, señaló que "los vastos presupuestos (…) crean una mentalidad en la que los obispos alemanes se sienten con derecho a dictar la práctica pastoral de las diócesis del tercer mundo cuyas iglesias están desbordando (de fieles), pero no puede permitirse el lujo de reemplazar una bombilla".
Thompson señaló que "la Iglesia alemana está actuando como un lobby" que busca la comunión para los divorciados en nueva unión.
"Los obispos alemanes planean dominar –uno está tentado a decir secuestrar– las discusiones sobre la comunión para divorciados en el próximo Sínodo", dijo.
La "mentalidad" de los obispos alemanes a la que hace referencia Damian Thompson parece haber sido confirmada por el ex presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Robert Zollitsch, en una entrevista con Vatican Insider en 2011.
"Los alemanes importan mucho donde hay alguien que necesita dinero", dijo Mons. Zollitsch en esa ocasión, recordando que la formación sacerdotal en América Latina es financiada en gran medida con dinero de los obispos alemanes, que también solventan al 60 por ciento de sacerdotes en Sudáfrica.
En esa entrevista, Mons. Zollitsch pronosticó que "avanzaremos sobre el tema de las personas divorciadas y vueltas a casar y pienso que lo haremos mientras yo esté aún vivo".
En su informe "Iglesia Católica en Alemania. Datos y Cifras 2013/14", la Conferencia Episcopal Alemana reveló que ha entregado en este periodo más de 140,5 millones de euros (alrededor de 167,7 millones de dólares) a la Iglesia en América Latina, para diversos propósitos.
Similar cantidad de dinero –más de 141,7 millones de euros (más de 169,2 millones de dólares)– enviaron los obispos de Alemania a la Iglesia en África entre 2013 y 2014.
En un artículo publicado en el National Catholic Register, Edward Pentin lamentó que la "actitud general de muchos obispos de Alemania va en contra de lo que Benedicto XVI dijo" en su visita al país en 2011.
En esa ocasión, recordó el periodista, Benedicto XVI dijo que la Iglesia "debe renovar constantemente el esfuerzo para separarse a sí misma de su tendencia hacia la mundanidad y una y otra vez abrirse a Dios".
Benedicto XVI indicó en esa visita que "la Historia ha mostrado que, cuando la Iglesia se vuelve menos mundana, su testimonio misionero brilla con más intensidad".