El Arzobispo de México (México), Cardenal Norberto Rivera Carrera, exhortó a las autoridades y a la sociedad en general a proteger a los niños del abandono, la prostitución, las drogas y otros males "que impiden su educación y su desarrollo humano".
"Las familias rotas, desajustan la existencia de quienes experimentan un vacío que sólo un amor coherente, la vivencia y la transmisión de auténticos valores humanos y religiosos pueden llenar", indicó el Purpurado durante la Misa dominical.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Arzobispo, durante la Solemnidad de la Sagrada Familia, aseguró que "una humanidad que dirige su mirada al hogar de Nazaret, se llena de razones para respetar los derechos de los niños, para evitar que sean abandonados o sea conculcada su dignidad con el horrendo crimen de la pornografía y la prostitución infantil, la iniciación a las drogas, la falta de alimento y de hogar, o con trabajos que impiden su educación y su desarrollo humano".
"Ellos (los niños) necesitan de la armonía, de la paz de los autores de sus días, para su desarrollo adecuado e integral. Las familias rotas, desajustan la existencia de quienes experimentan un vacío que sólo un amor coherente, la vivencia y la transmisión de auténticos valores humanos y religiosos pueden llenar", señaló desde la Catedral de México.
Según el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el Purpurado también se dirigió a "los gobernantes, los legisladores, los que tienen especiales responsabilidades sociales" para recordarles que "tienen el deber de ayudar, fortalecer y hacer crecer a la familia con verdaderas políticas que den cohesión y estabilidad. Proceder de otra manera es provocar heridas, incluso irreparables, en el tejido social y poner en serio riesgo el futuro de México."
La familia, reiteró, es "el factor decisivo para integrar al niño y al joven Jesús en el ambiente nacional y religioso y para que lo comprendamos como el enviado en el cual se cumplen las promesas divinas. De hecho Jesús es integrado en el pueblo y religión judía por sus padres. Estos lo llevan a circuncidar, le ponen el nombre Jesús, y vuelven con él, a su pueblo Nazaret, cuando dieron término a todo lo que prescribía la Ley del Señor".
La Sagrada Familia "es la historia de una familia muy cercana a nuestras familias y al mismo tiempo muy distante por el tiempo. Por la presencia en ella de Cristo parece una familia inalcanzable, pero por la humanidad del Dios-Niño ciertamente está muy cercana a toda familia", concluyó.