Esta mañana sentados uno al lado del otro, los líderes religiosos de Australia entre los que había musulmanes, judíos, budistas, hindúes, sijs, y de otras denominaciones cristianas, se dieron cita en la Catedral de Sydney, para rezar juntos por la paz en el país y el mundo tras la reciente toma de rehenes que concluyó con la muerte del atacante y de dos personas que estuvieron secuestradas.
El Arzobispo local, Mons. Anthony Fisher, dijo que "fue un honor reunirme con los líderes religiosos de Sydney esta mañana en la Catedral de Santa María, hemos orado por las víctimas y rehenes del secuestro en Martin Place, así como por la paz en el mundo".
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Mons. Fisher expresó que "todos conocemos la importancia de la paz. Esta está en el corazón de nuestra fe. Hemos pedido hoy a Dios por la paz eterna de aquellos que han muerto, y después de este tiempo de consternación en nuestra ciudad, queremos dar un testimonio común de nuestras creencias, de que la verdadera religión promueve la paz, y no la división".
El pasado lunes 15 de diciembre, el clérigo musulmán de origen iraní, Man Haron Monis, quien llegó a Australia en calidad de refugiado en 1996, secuestró durante cerca de 16 horas a 17 personas en el Lindt Café ubicado en Martin Place en el centro de la ciudad.
El trágico hecho terminó con la muerte de dos de los rehenes, Katrina Dawson, madre de tres pequeños niños y abogada talentosa, que protegía a una amiga embarazada de los disparos, y la otra víctima fue el joven Tori Johnson, quien trabajaba como administrador de la cafetería.
En el acto interreligioso participaron más de 300 personas de las diferentes religiones, incluso no creyentes, dando así un "poderoso testimonio de paz, armonía y rechazo a acciones violentas", según señaló una nota en el sitio web de la Arquidiócesis.
También en la ceremonia se pidió por "los horribles asesinatos por parte de terroristas de cerca de 150 estudiantes, así como el personal de una escuela en Pakistán" y por los países que sufren violencia.
Durante la oración, hubo un momento de silencio para que cada uno de los participantes pueda reflexionar según su tradición y cada líder religioso encendió una vela mientras sonaban las campanas de la Catedral.
Mons. Fisher dijo que "nos unimos en repudio al odio y la violencia. Saludamos y oramos los unos por los otros por la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Y afirmamos en común: Dios, el santo, el divino, el todopoderoso, el misericordioso, quiere la paz".
Entre los líderes religiosos presentes estaba el Gran Mufti de Australia, el Dr. Ibraham Abu Mohammad.
En representación de la Comunidad Sij de Nueva Gales del Sur, Kulwant Kaur; también el Presidente de la Junta Judía de Diputados de la región, Jeremy Spinak; el Presidente del Consejo Budista, Brian White; el Profesor Nihal Singh Agar, del Consejo Hindú de Australia; y el representante de la Oficina del Ayatola Al-Ansari / Islam chiíta, Dr. Basim Alansari,
El Gran Mufti expresó que "en nombre de los musulmanes de Australia me presento ante ustedes, ante todo, en la confianza y sentido pésame a las familias de las dos víctimas y la recuperación de sus familias" agregando que la comunidad musulmana ha orado por las víctimas y los rehenes.
Además dijo que "quiero expresar en público, así como en reuniones privadas que la sociedad australiana es una gran familia y siempre seguir siendo un faro de libertad, seguridad y un oasis de multiculturalismo" y pidió por la unidad del país ante los crímenes en contra de civiles inocentes.
"Los trágicos acontecimientos de esta semana aumentar nuestra unidad y estoy seguro de que a medida que los australianos nos elevaremos por encima de nuestras heridas y ejercer vida lo más normal, y no permitir que nadie nos trate de separar los lazos de amor y armonía, y que siempre vamos a estar de pie alto juntos", enfatizó Mohammad.
Al concluir el Arzobispo Fisher recordó que "los cristianos creen que el Príncipe de la Paz vino como un bebé nacido en un pesebre en Navidad. Es mi oración que Su paz brille en nuestra ciudad con el corazón roto en esta Navidad. Que la paz de Dios sea con todos vosotros y con todos los habitantes de Sydney."
El acto interreligioso concluyó con la entonación del Hinmo Nacional de Australia y una oración por la paz dirigida por Mons. Fisher.