Elecciones libres y respeto a los derechos humanos en Cuba fueron las exigencias de los movimientos opositores luego que los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaran ayer el inicio de la normalización de las relaciones diplomáticas tras casi medio siglo de ruptura.
"Que nadie hable por Cuba, la auténtica solidaridad se expresa reconociendo y apoyando que sean consultados todos los cubanos en un referendo libre que devuelva la soberanía al pueblo", expresó ayer en una declaración el Movimiento Cristiano Liberación (MCL).
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El movimiento fundado por el fallecido Oswaldo Payá dijo que si bien se entiende la discreción diplomática para liberar o intercambiar prisioneros, lamentó "el secretismo alcanzado en temas medulares" y "el reconocimiento de una tiranía de más de medio siglo por parte de un país que enarbola los valores democráticos" como es Estados Unidos.
El MCL recordó que "no aboga por el aislamiento de Cuba", pero señaló que cualquier acercamiento "a favor de la libertad y los derechos del pueblo cubano, debe considerar como iguales a todos los cubanos". "Reconocer a esta oligarquía política (el régimen comunista) como único interlocutor, es aceptar y caer en la lógica excluyente que por 57 años ha sufrido la Nación Cubana", advirtió.
La declaración firmada por el coordinador nacional, Eduardo Cardet, indicó que la realización de elecciones libres y plurales serían "la única señal interpretable como voluntad de cambios reales hacia la democracia" en Cuba. "Ni la afluencia de capital, ni el turismo, ni ninguna concesión económica son fuentes de libertades políticas. Los ejemplos de China y Vietnam dejan claro esto", advirtió.
En ese sentido, el MCL reiteró su propuesta de plebiscito para que los cubanos ejerzan "el legítimo derecho" a protagonizar cualquier expectativa de cambio. "Ni la política de Estados Unidos, ni la política de ningún país, ni institución del mundo ha sido parte de nuestra estrategia. El rescate de los derechos para el pueblo de Cuba es nuestra meta. A eso le llamamos, más que cambio, Liberación", señaló.
Por su parte, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) señaló que "para un gobierno que niega la libertad económica y la propiedad individual parece evidente que los cambios propuestos beneficiarán en primera instancia al aparato del Estado. Sólo a medio o largo plazo podrían tener efecto en la ciudadanía".
En ese sentido, indicó que solo si "las actuales intenciones de apertura comercial" de Obama y la Unión Europea son acompañadas por exigencias de cambios en derechos humanos, "podrían dar fruto positivo para la democratización post-Castro de la isla". "Pasar a la apertura sin demandar cambios de derechos humanos" no sería solución alguna, señaló.
El movimiento liderado por José Daniel Ferrer –exprisionero de conciencia del grupo de los 75–, reiteró las demandas apoyadas por la oposición pacífica democrática, como son la liberación de presos políticos y en licencia extra-penal, el cese de la represión, la ratificación y respeto de los pactos internacionales de Derechos Humanos, y el reconocimiento de la sociedad civil independiente.
En ese sentido, expresó, "la UNPACU solicita al gobierno de los Estados Unidos que las estrategias diplomáticas para la apertura progresiva pasen por la aceptación de los derechos básicos e inalienables de los cubanos, y no tanto por cambios en la política exterior cubana, ya que lo primero llevará a los cambios que todo el mundo civilizado desea para Cuba".
Quien también se pronunció fue Berta Soler, líder de las Damas de Blanco. En declaraciones a América TeVé, calificó de "equivocada" la decisión tomada por Barack Obama, "puesto que la democracia y la libertad del pueblo de Cuba no la vamos a conseguir con estos beneficios que realmente ha dado, no al pueblo de Cuba, sino al gobierno cubano".
Soler dijo que el régimen comunista aprovechará "para fortalecer su maquinaria represiva (…) y mantenerse en el poder". "En Cuba estamos necesitados de libertad", demandó la dama de blanco. Indicó que la población quiere "contar con el apoyo moral y espiritual de los gobiernos", sin embargo, señaló que "la libertad depende de nosotros los cubanos".