El diálogo oficial entre luteranos y católicos está en marcha desde hace casi cincuenta años y los progresos logrados en este medio siglo ''constituyen un sólido fundamento de amistad sincera vivida en la fe y en la espiritualidad'', constató el Papa Francisco al recibir en Roma esta mañana a una delegación de la Iglesia Evangélica Luterana Alemana.
El Santo Padre manifestó su agrado porque la Comisión de diálogo bilateral entre la Conferencia Episcopal Alemana y la Iglesia Evangélica Luterana de Alemania están a punto de terminar un trabajo dedicado a "Dios y la dignidad del hombre".
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Al respecto, el Pontífice señaló que "de una gran actualidad son los temas relacionados con la dignidad de la persona humana en el principio y el final de su vida, así como las relacionadas con la familia, el matrimonio y la sexualidad, que no pueden ser excluidos o dejados de lado solo porque no se quiere poner en peligro el consenso ecuménico alcanzado hasta el momento".
"Sería una pena que, en temas tan importantes relacionados con la existencia humana, hubiera nuevas diferencias confesionales'', añadió luego el Santo Padre, cuyas palabras cobran una mayor importancia al recordar estos importantes temas tratados en el reciente Sínodo de la Familia que se realizó en octubre en el Vaticano.
El Papa Francisco dijo también que "el diálogo ecuménico ya no puede separarse hoy de la realidad y de la vida de nuestras iglesias. En 2017 los cristianos luteranos y católicos conmemorarán conjuntamente el quinto centenario de la Reforma. En esa ocasión ambos tendrán, por primera vez, la oportunidad de compartir la misma conmemoración ecuménica en todo el mundo, no como una celebración triunfalista, sino como una profesión de nuestra fe común en el Dios uno y trino".
"El fulcro de este evento serán, por tanto, la oración en común y la petición de perdón al Señor Jesucristo por las culpas recíprocas, junto con la alegría de compartir y recorrer juntos un camino ecuménico. De este hecho es muestra significativa el documento elaborado por la Comisión luterano-católica para la Unidad y publicado el año pasado 'Del conflicto a la comunión. La conmemoración conjunta luterano-católico de la Reforma en 2017'".
A pesar de las diferencias, la colaboración y la convivencia fraterna caracterizan la vida de las Iglesias y comunidades eclesiales católicas y luteranas, comprometidas en un camino común, y textos conjuntos como la "Declaración Común sobre la Doctrina de la Justificación" entre la Federación Luterana Mundial y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, firmada oficialmente hace quince años en Augsburgo, ''son piedras angulares, que permiten seguir con confianza el camino emprendido''.
Y aunque el objetivo común de la unidad plena y visible de los cristianos a veces parezca alejarse, es necesario no ceder a la resignación sino concentrarse en el próximo paso posible. ''No olvidemos que recorremos juntos el camino de la amistad, del respeto mutuo y de la investigación teológica; un camino que nos hace mirar con esperanza al futuro".
"Por eso el pasado 21 de noviembre las campanas de todas las catedrales de Alemania tocaron para invitar a todos los hermanos cristianos a un servicio litúrgico común por el quincuagésimo aniversario de la promulgación del Decreto Unitatis Redintegratio del Vaticano II''.
Para concluir, el Santo Padre hizo votos para "¡que esta conmemoración nos lleve a todos a dar, con la ayuda de Dios y el apoyo de su Espíritu, nuevos pasos hacia la unidad y a no limitarnos sólo a lo que ya hemos logrado!''