Un extremista musulmán iraní identificado como Man Haron Monis, que llegó a Australia en calidad de refugiado en 1996, secuestró durante cerca de 16 horas a unos 30 clientes y 10 trabajadores del Lindt Café, en Sydney.
A las 2:45 a.m. de hoy (hora local), la policía de Sydney declaró que el secuestro había terminado. Las informaciones apuntan a que entre tres y cinco personas habrían muerto, pero aún no hay información oficial.
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The #SydneySiege is over with 2 people reported dead and 3 in serious condition: http://t.co/QL7EF5DztK pic.twitter.com/XNlMl9Knji
- CNN (@CNN) diciembre 15, 2014
En un comunicado difundido el 14 de diciembre, el Arzobispo de Sydney (Australia), Mons. Anthony Fisher, alentó a los ciudadanos a que el dramático hecho no "socave nuestro sentido de seguridad" ni enfrente a unos contra otros.
"Mis pensamientos y oraciones –y aquellos de toda la comunidad católica– están con los rehenes y sus familias, y con nuestros agentes de policía que están trabajando para resolver esta situación pacíficamente", expresó.
El Arzobispo australiano destacó que "dos de los más grandes atributos de nuestra nación son su atmósfera de calma y seguridad, y su historia de armonía entre pueblos de diferencias étnicas, religiosas y de afiliaciones políticas".
La toma de rehenes en Sydney, señaló, "probará nuestra determinación para permanecer como una sociedad así. No debemos permitir que esto nos enfrente a unos contra otros o socave nuestro sentido de seguridad".