Las autoridades del Ejército de la Salvación fueron recibidas el 12 de diciembre en el Vaticano por el Papa Francisco. Se trata de una asociación protestante con presencia en 126 países, donde desarrollan labores sociales en escuelas, casas para niños, albergues, programas de emergencia en caso de catástrofes, entre otras.
El Santo Padre reconoció su labor y agradeció las buenas relaciones con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. "Católicos y salvacionistas, junto a otros cristianos, reconocen que los necesitados tienen un lugar especial en el corazón de Dios, tanto que el Señor Jesucristo se ha hecho pobre para nosotros".
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En su discurso, Francisco recordó una anécdota que vivió a los cuatro años, en 1940: "Iba por la calle con mi abuela. En ese tiempo, la ida era que todos los protestantes iban al infierno. Desde el otro lado de la acera vinieron dos mujeres del Ejército de la salvación, con el sombrero que llevan ustedes. Y recuerdo como si fuera hoy que le dije a mi abuela: '¿esas quiénes son? ¿Monjas, hermanas?'. Y mi abuela me dijo: 'No. Son protestantes pero son buenas'. Y sí mi abuela, por su buen testimonio, me ha abierto la puerta al ecumenismo. La primera predicación ecuménica que he tenido fue ante ustedes".
"Muchas gracias", dijo luego en inglés.
El Pontífice recordó una vez más que la Iglesia está "en salida" y que es "la comunidad de discípulos misionarios que toman la iniciativa, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejamos".
Por otro lado, el Santo Padre dijo que ora para que "en el mundo de hoy todos los discípulos de Cristo ofrezcan su contribución con la misma convicción y el mismo dinamismo que el Ejército de Salvación demuestra y en su devoto y apreciado servicio".
Para el Papa, "la diferencia entre católicos y salvacionistas sobre cuestiones teológicas y eclesiológicas no deben obstaculizar el testimonio de nuestro amor compartido para Dios y para el prójimo, un amor que está en grado de inspirar enérgicos esfuerzos en el empeño de restaurar la dignidad de aquellos que viven a los márgenes de la sociedad".