La noche del 6 de agosto Martín Baani, un seminarista de 24 años, arriesgó su vida al ir a la iglesia de su pueblo Karamlesh para rescatar la Eucaristía y evitar que fuera profanada por el Estado Islámico (ISIS), que ya estaba cerca. Ahora el joven se encuentra refugiado en Erbil (Irak) y solicita ayuda para el Seminario de San Pedro y así "no irnos a otros países".
En un video difundido por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), Martín agradece de parte de los 28 seminaristas "a todos los benefactores que están sosteniendo este seminario".
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"No queremos que desaparezca nuestra historia de más de dos mil años. Queremos quedarnos aquí, no irnos a otros países. Esto es lo que necesitamos y por lo que rezamos. También rezamos por vosotros. Para que se pueda hacer realidad nuestro sueño de permanecer aquí. Necesitamos vuestra ayuda", expresa el joven en el video que forma parte de la campaña de AIN "Yo también soy cristiano de Irak", para financiar proyectos por un total de 1,5 millones de euros en este país y así sostener a los miles de refugiados.
El rescate de la Eucaristía
Esa noche de agosto Martín estaba en la casa de una tía. El sonido cada vez más fuerte de las explosiones le hizo ver que era la última batalla de Karamlesh. En eso un amigo lo llama al celular y en medio del nerviosismo le dice que el poblado cercano de Telkaif ha caído en manos del Estado Islámico. Karamlesh sería el siguiente.
En su relato al periodista de AIN, John Pontifex, el seminarista cuenta que salió de inmediato a la cercana iglesia de San Addai, toma el Santísimo Sacramento, un fajo de papeles oficiales y sale del templo. Afuera lo espera un automóvil con el párroco Thabet y otros tres sacerdotes. Juntos dejan Karamlesh y con ello lo último que quedaba de presencia cristiana en esta parte de Irak.
Ahora en Erbil, la confianza de Martín se ve reforzada por la presencia de los otros 27 seminaristas, muchos de ellos también debieron huir de los extremistas islámicos.
Sin embargo, a pesar de la adversidad, Martín no quiere irse de su país. "Fácilmente me podría ir", explicó con calma. "Mi familia ahora vive en California. Ya me han dado una visa para ir a Estados Unidos y visitarlos". "Pero me quiero quedar. No quiero escapar del problema".
Actualmente, Baani es sub diácono y está en su año final de teología, la ordenación sacerdotal está a solo unos meses. "Gracias por sus oraciones", dice Martín, "contamos con su ayuda".
Para apoyar la campaña "Yo también soy cristiano de Irak" puede ingresar a https://www.ain-es.org/colabora.aspx?sec=1