En este Segundo Domingo de Adviento, el Evangelio nos interpela radicalmente: «Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos». Esa es “la voz que clama en el desierto”, Juan el Bautista, quien llama a la conversión e invita a los fieles a preparar el corazón para recibir al Señor Jesús alejados del pecado, acercándonos al Sacramento de la Reconciliación (confesión).
Meditemos en el Evangelio de hoy y hagamos la ‘Oración familiar para el Segundo Domingo de Adviento’. En ella encenderemos la segunda vela de la corona.
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Lectura del Evangelio del Segundo Domingo de Adviento según San Marcos
Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito:
He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti,
a preparar tu camino.
Voz del que clama en el desierto:
“Preparen el camino del Señor,
enderecen sus senderos”.
En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo” (Mc 1, 1-8).
Sugerencia práctica
En la segunda semana, la Iglesia motiva a la reconciliación con Dios mediante la Confesión, la cual nos devuelve la amistad con el Señor, que se había perdido por el pecado.
En este contexto, el encendido de la segunda vela de la corona de Adviento es un hermoso signo que nos ayuda en el proceso de conversión. Reúne a la familia y recen juntos la Oración familiar del Segundo Domingo de Adviento.
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