¿Pueden el arte y la teología colaborar en el acceso al Misterio? Esta es exactamente la pregunta que se hizo un grupo de reconocidos artistas españoles que deseaban estudiar los fundamentos de la acción litúrgica en el arte. Dieron así forma al I Encuentro de Artistas y Teólogos que han celebrado en Roma del 26 al 30 de noviembre.
El evento tuvo lugar en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y contó, entre otros, con el grupo de artistas Via Lucis y Nártex, una asociación para la promoción y el estudio de los lugares religiosos y el arte sacro.
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Las dos primeras sesiones trataron de introducir el tema de la relación entre arte y liturgia a partir de algunas características de la misma celebración; concretamente mediante la exposición del hecho de ser ésta "signo" o "imagen" de acciones del pasado.
Las sesiones tercera y cuarta estuvieron dedicadas a un tipo de música muy concreto: La música litúrgica. Aquí se trató de introducir la noción de la misma y de analizar diversos ejemplos que ayudaron a entender qué es y qué no es música litúrgica.
Las dos últimas sesiones profundizaron en el tema de los programas iconográficos, es decir, analizaron el por qué y el sentido de las imágenes utilizadas a lo largo de la historia del arte cristiano en los diversos enclaves celebrativos dentro de las iglesias.
En declaraciones a ACI Prensa, Milagros García, una de las organizadoras del evento, ha destacado que "el encuentro ha sido muy positivo, porque ha supuesto la toma de contacto entre personas -artistas, teólogos, músicos, arquitectos, historiadores del arte- especialmente preocupadas por la integración actual entre arte y liturgia".
Los trabajos para un segundo encuentro ya se han iniciado y se pretende que se convierta en "una plataforma en la que se combine la formación con el trabajo práctico" y se logre "la unión entre el arte contemporáneo y la tradición de la liturgia", sostiene Milagros.
Además, en su opinión, "todas las iglesias, basílicas y catedrales, así como el arte contenido en ellas, forman parte de la liturgia, están ahí ya realmente a su servicio". Sin embargo, "nos hemos acostumbrado a ver estos edificios, y las obras que guardan, como meros monumentos y manifestaciones artísticas, olvidándonos de que no son un fin en sí mismos, sino medios, instrumentos, en definitiva, manifestaciones sensibles que ayudan al fiel a adentrarse, a través de la belleza, en el misterio de la fe".