El 1 de diciembre, la Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de Temuco, ciudad ubicada al sur de Chile, rechazó un recurso de protección que buscaba impedir la distribución local del cuento infantil "Nicolás tiene dos papás", promovido por el lobby gay para 500 jardines de infancia del país.
El recurso fue presentado por la comunidad evangélica del país en contra de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).
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Según informa el diario El Mercurio, "los recurrentes argumentaban que los apoderados no habían sido consultados por la difusión del cuento, que calificaron como 'una manipulación de la inocencia y vulnerabilidad propia de los niños'". También esgrimieron que la Junji, al patrocinarlo, estaba infringiendo "el derecho de las familias para guiar y orientar la educación de nuestros hijos".
Sin embargo, el fallo estableció que "el recurrente alude a una situación hipotética no acreditada en estos antecedentes, de manera tal que forzoso será rechazar el presente recurso".
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), quien produjo el material en cuestión, manifestó al diario nacional su satisfacción por el fallo, señalando que "ha triunfado la libertad de expresión y los derechos de las familias homoparentales".
Contenido confunde a los niños
En el marco del lanzamiento de "Nicolás tiene dos papás", una experta explicó que los niños en primera infancia "están en pleno desarrollo y aprendizaje", por lo tanto "los contenidos que asimilen de la cultura evidentemente los moldean en su manera de percibir y enjuiciar la realidad".
En declaraciones a ACI Prensa, Andrea Huneeus, Psicopedagoga y Magister en Psicología Clínica de la Universidad Gabriela Mistral, dijo que a esta edad el niño ya construye su andamiaje conceptual y moral, su pensamiento es prelógico, es decir rígido y sin matices. Agregó que el párvulo "necesita conceptos y claros, no comprende la ambigüedad. En esta etapa el niño siente y piensa como niño y respetarlo es comprender que a su edad está centrado en sí mismo, en sus necesidades, no en las necesidades de sus padres".
Según la experta que trabaja con niños y en escuelas para padres, "el mayor daño que pueden producir este tipo de contenidos es la confusión en la formación de su propia identidad sexual ya que no tendrán referentes claros masculinos y femeninos en sus figuras parentales de apego e identificación primarias lo cual constituye un factor de riesgo en el desarrollo de su identidad sexual".