El Arzobispo de Madrid (España), Mons. Carlos Osoro, visitó el pasado sábado en medio de la lluvia el poblado chabolista de 'El Gallinero', a menos de dos kilómetros de la Cañada Real, al sureste de Madrid, donde viven unas 90 familias y 350 menores en condiciones de pobreza, sin letrinas y con un solo punto de agua corriente. Además, en los derribos del último año, 90 menores se quedaron sin casa.
El párroco de San Carlos Borromeo de Entrevías, en Vallecas, P. Javier Baeza, ha contado a Europa Press que el pasado sábado iban a celebrar una fiesta en El Gallinero por los derechos de los niños y Mons. Osoro le dijo a una de las personas de la parroquia que quería ir. La fiesta tuvo que suspenderse por la lluvia pero Mons. Osoro acudió igualmente de visita.
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"Allí acudimos con la que caía en Madrid el sábado y se quedó muy consternado por la situación de pobreza a escasos 12 kilómetros de la Puerta del Sol. Le contamos las dificultades que tiene la población porque el Ayuntamiento de Madrid no nos deja instalar letrinas y tienen que hacer sus necesidades al aire, que solo tienen un punto de agua corriente y no hay ninguna calle asfaltada", ha explicado Baeza.
Mons. Osoro, que recorrió el poblado durante más de dos horas y media, estuvo acompañado por otro sacerdote que llegó con él, por P. Javier Baeza, otro cura de la parroquia de Entrevías, P. Pepe Díaz, y por dos voluntarios, Marta y Jorge. El arzobispo suspendió una comida con sacerdotes para poder ir.
El P. Baeza, que no conocía en persona a Mons. Osoro, dice que fue "muy grato" ver cómo se acercó a la gente del poblado "sin hacer juicios" y siendo "muy respetuoso" con las familias, sin entrar en las creencias o en el tipo de vida que llevaban, mostrándose "muy cercano".
Mons. Osoro entró en seis chabolas y en una de ellas, se quedó sorprendido por cómo podían dormir en dos camas los miembros de una familia formada por un matrimonio con once hijos, la abuela y un hermano de la madre.
Asimismo, el P. Baeza afirma que al arzobispo le impresionó mucho que, a pesar de ser un poblado "muy abandonado", las familias gitanas tenían sus hogares decorados y fueron muy acogedoras. También visitaron una pequeña iglesia de los cristianos de Filadelfia que han construido allí.
El P. Baeza admite que Mons. Osoro tiene "un parecido bastante grande" con el Papa Francisco y recuerda que los niños del poblado le preguntaban si era él. Y aunque aclaraba que no lo era, aseguró que es un "entusiasta" del Pontífice.
Ahora, esperan que el Arzobispo de Madrid, que lleva poco más de un mes en el cargo, vuelva a visitarles, según dijo el propio Mons. Osoro, para cuando celebren la fiesta en el poblado, y también a la parroquia a celebrar y a comer.