Benedicto XVI reafirmó su posición a favor de mantener la doctrina de la Iglesia y no dar la comunión a los divorciados en nueva unión. Así lo expresó al corregir las conclusiones de un ensayo que escribió en 1972, en el cual se expresaba a favor del  cambio doctrinal que hoy promueve el Cardenal Walter Kasper.

En un artículo publicado este miércoles, el vaticanista Sandro Magister recordó que en 1972 Joseph Ratzinger se desempeñaba como profesor en la Universidad de Ratisbona (Alemania) y en su ensayo "sostenía que dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, en condiciones particulares, parecía estar 'plenamente en línea con la tradición de la Iglesia'".

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"En particular con 'ese tipo de indulgencia que surge en Basilio donde, después de un periodo continuo de penitencia, al 'digamus' (es decir, a quien vive en un segundo matrimonio) se le concede la comunión sin la anulación del segundo matrimonio: con la confianza en la misericordia de Dios, que no deja sin respuesta la penitencia'".

Magister recordó que esta fue la primera y última vez "que Ratzinger se 'abrió' a la comunión a los divorciados y vueltos a casar". De hecho, seguidamente se adhirió plenamente a la prohibición de la comunión, reafirmada por el magisterio de San Juan Pablo II, durante cuyo pontificado fue Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Sin embargo, el texto de 1972 fue utilizado por el Cardenal Kasper en febrero "en el informe con el que introdujo el consistorio de los cardenales convocado por el Papa Francisco para debatir sobre el tema de la familia", en vista al Sínodo de octubre.

El Cardenal Kasper –advirtió el vaticanista- no tomó en cuenta los documentos que ya como Cardenal, Joseph Ratzinger suscribió para defender la doctrina del matrimonio y el acceso a la comunión.

Entre estos está la carta a los obispos del 14 de septiembre de 1994, con la cual "la Santa Sede rechazaba las tesis favorables a la comunión a los divorciados vueltos a casar sostenidas en los años precedentes por algunos obispos alemanes, entre ellos Kasper".

Luego, en 1998 volvió a defender la doctrina de la Iglesia con una publicación del dicasterio que dirigía. Texto que fue nuevamente publicado el 30 de noviembre de 2011 por L'Osservatore Romano.

"Sin contar que sucesivamente, como Papa, volvió a confirmar y motivó varias veces la prohibición de la comunión en el marco de la pastoral para los divorciados vueltos a casar", añadió Magister.

Nuevas conclusiones para el texto de 1972

Ahora, señaló Magister, Benedicto XVI "vuelve sobre el argumento con un nuevo escrito, que acaba de publicarse en Alemania en la colección de su Opera Omnia" con la ayuda del Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, Cardenal Gerhard Ludwig Müller.

En el nuevo texto, el Papa Emérito explica que en la actualidad "hay otro punto de vista que se difunde. La imposibilidad de recibir la santa eucaristía es percibida de una manera tan dolorosa sobre todo porque, actualmente, casi todos los que participan en la misa se acercan también a la mesa del Señor. Así, las personas afectadas aparecen también públicamente descalificadas como cristianas".

Ante esto, recuerda la advertencia de San Pablo sobre la seriedad que comporta recibir la comunión y su llamado a autoexaminarse. "Un examen serio de uno mismo, que puede también llevar a renunciar a la comunión, nos haría además sentir de manera nueva la grandeza del don de la eucaristía y, por añadidura, representaría una forma de solidaridad con las personas divorciadas que se han vuelto a casar", explicó.

En la corrección al texto de 1972, Benedicto XVI también sugiere –como se hace en varios países-, que las personas que no pueden comulgar "se acerquen al altar, pero mantengan las manos sobre el pecho, haciendo entender de este modo que no reciben el Santísimo Sacramento, pero que piden una bendición, que se les da como signo del amor de Cristo y de la Iglesia".

"Esta forma ciertamente podría ser elegida también por las personas que viven en un segundo matrimonio y que por ello no están admitidas a la mesa del Señor. El hecho que esto haga posible una comunión espiritual intensa con el Señor, con todo su Cuerpo, con la Iglesia, podría ser para ellos una experiencia espiritual que les refuerce y les ayude", afirmó.

Magister señala que no es causa de asombro que el Papa Emérito "haya considerado inapropiada la cita que de su artículo de 1972 hizo el pasado febrero Kasper para apoyar sus tesis, como si nada hubiera sucedido después de ese año".

"De aquí la decisión tomada por Ratzinger, al volver a publicar su artículo de 1972 en la Opera Omnia, de reescribir y ampliar la parte final del mismo, alineándola con su pensamiento sucesivo y actual", destacó.

El análisis completo de Magister y el nuevo final del artículo de 1972 pueden leerse en http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350933?sp=y