El Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria (CEN), y Arzobispo de Jos, Mons. Ignacio Ayau Kaigama, condenó el ataque Boko Haram perpetró contra una mezquita el 28 de noviembre –con 120 muertos y unos 270 heridos–, y señaló que este grupo fundamentalista no solo ataca a cristianos y personas de otras religiones, sino también a los que considera "menos musulmanes".
Durante la oración islámica del viernes, dos terroristas suicidas detonaron explosivos en la mezquita central en Kano, la ciudad más grande al norte de Nigeria. Luego ingresaron unos doce hombres armados y dispararon contra los musulmanes que intentaban huir. Los sobrevivientes lograron capturar a cuatro terroristas.
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"El terrible ataque a los musulmanes en oración muestra que Boko Haram ha ampliado sus objetivos y su alcance", señaló el Prelado, pues "no sólo se ataca a los no musulmanes o a los símbolos de la 'cultura occidental', como las escuelas, sino también a los musulmanes considerados 'menos musulmanes' respecto a la concepción extremista del Islam defendida por Boko Haram".
La agencia vaticana Fides informó que según algunas interpretaciones, el atentado estaba dirigido contra el Emir de Kano, Mohammed Sanusi II, la segunda autoridad musulmana nigeriana más importante después del Sultán de Sokoto.
"El emir de Kano es uno de los pocos líderes islámicos que se atrevieron a condenar abiertamente la violencia de Boko Haram", explicó Mons. Kaigama.
"La mayoría de los líderes de la comunidad islámica en Nigeria hasta el momento no ha tomado una posición firme contra Boko Haram por temor a represalias sangrientas. Es necesario realizar un esfuerzo decidido por parte de todos los nigerianos para poner fin a la violencia", señaló.
Nuevo ataque
El grupo fundamentalista –que anunció un califato en el norte de Nigeria–, atacó la madrugada de este lunes la ciudad de Damaturu, capital del estado de Yobe.
Según testigos, un gran número de terroristas atacaron una estación de policía antes de dirigirse hacia los barrios residenciales.
Fides informó que la situación en Damaturu es caótica, con explosiones y disparos mientras los aviones del gobierno sobrevuelan la ciudad.
Según la prensa nigeriana, entre los pueblos atacados están Shani y Lassa (Borno), donde han quemado varias casas y algunas iglesias.