Ser cristiano en un país donde la mayoría de la población es musulmana puede ser difícil, pero también una bendición. Así lo asegura el sacerdote mexicano Rubén Tierrablanca González, un fraile franciscano que sirve desde hace 11 años en la parroquia de Santa María Draperis de Estambul, en Turquía.
"Somos una minoría dentro de la minoría religiosa. De los cristianos, que son unos 100 mil en Turquía, el 65 por ciento sor armenios, y los católicos están representados por solo 25 mil. Vivir en Turquía como cristiano es una gracia y un gran reto. Gracia porque estamos en la raíz de la Iglesia y la presencia de los cristianos es importante, dado que Dios mismo ha querido que su Iglesia se desarrollara aquí. Y un desafío porque se ha descristianizado, en el sentido de población, somos pocos", explicó el P. Tierrablanca en declaraciones a ACI Prensa el 27 de noviembre desde Estambul.
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Con 34 años de sacerdocio y 44 como religioso, el P. Tierrablanca es actualmente el responsable internacional de la fraternidad de los Hermanos Menores en Estambul, quienes se dedican al diálogo ecuménico e interreligioso en Turquía.
"Las relaciones con los cristianos de las Iglesias orientales son muy buenas, y van en aumento, hay que crear confianza y amistad entre nosotros, hay que crear unidad en la fe, en un mismo encuentro, si fuera posible Eucarístico. Es más esperanzador", aseguró.
Desde el año 2003, los franciscanos buscan caminos de diálogo y celebran anualmente un simposio de dos días con temas comunes entre las religiones. "Todos buscamos a Dios", afirmó.
Para el P. Tierrablanca los cristianos "estamos llamados a dar un testimonio auténtico, creíble". "Cuando hay estas diversidades de religiones, la nuestra ¿qué dice a los demás y al mundo? Vivir la fe cristiana en medio a los musulmanes nos exige una purificación de la fe, madurez y apertura a los demás, a hacer una vida cristiana auténticamente evangélica. A eso estamos llamados y tratamos de ser creativos para responder a este desafío. Si hemos de ponernos en contacto con los musulmanes tenemos que darles un testimonio cristiano, y eso nos ayuda a ser mejores cristianos, a crecer en nuestra fe".
A la cuestión de cómo debería afrontar un cristiano la amenaza del terrorismo islámico, el sacerdote lo tiene claro: "Con la vida. ¿Qué podemos hacer nosotros? Vivir nuestra vida cristiana. Si nosotros damos muestras de apertura, amistad, relación, con nuestros hermanos –hemos de llamarlos hermanos porque son hijos del mismo Dios-, nos encontramos con amabilidad. Les ofrecemos nuestra amistad, ellos nos ofrecen la suya, y juntos caminamos, ese es un desafío pero una gracia de tener buenos amigos musulmanes y poder decir 'es posible'".
El P. Tierrablanca afirma que gracias a la visita del Papa Francisco al país, las relaciones con nuestros hermanos musulmanes "pueden cambiar, pero no se debe esperar un resultado inmediato".
El sacerdote mexicano explica que la visita del Papa Francisco "nos confirma como pastor en nuestra fe y nos estimula a mantener la esperanza".
Los cristianos llegaron a Turquía hace dos mil años, antes que los musulmanes. Asia Menor, actualmente el territorio de Turquía, es el territorio del inicio de la Iglesia. Las Iglesias primitivas se fundaron en Turquía a partir de la predicación apostólica de Juan en Éfeso, Felipe en Irápolis, o Andrés apóstol, quien es considerado el evangelizador de este territorio, la antigua Trasia.
Actualmente, aunque los fieles cristianos son una minoría en el país, pueden vivir en paz, ya que el Islam no está radicalizado. "La convivencia es más accesible, de modo que los cristianos en Turquía con los musulmanes, juntos, podemos dar un ejemplo de que es posible la convivencia pacífica con las religiones", concluyó el sacerdote.