El circo, los cantos, el baile y el teatro fueron parte de la Fiesta del Reino, actividad en la que miles de fieles chilenos salieron a las calles a manifestar su fe católica en una colorida procesión marcada por la piedad popular en la ciudad de Melipilla, cerca de Santiago de Chile.
Bajo el lema "Metan ruido", la Fiesta del Reino surgió como respuesta al llamado que el Papa Francisco hizo a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro Brasil a que "hagan lío, que la Iglesia salga a las calles".
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La actividad consistió en una peregrinación que reunió a diferentes parroquias en torno al Santo Rosario y la lectura orante de la Palabra de Dios, todo esto acompañado de bailes religiosos y otras expresiones de la piedad popular, que finalizaron con la celebración de la Santa Misa.
Mons. Cristián Contreras Villarroel, Obispo de Melipilla, explicó a ACI Prensa que el objetivo de esta actividad fue hacer una expresión pública de la fe. "Yo creo expresar públicamente la fe hace bien, porque se hace en un ambiente de alegría, de oración, de mucho colorido, con muchos jóvenes y familias, adultos mayores participantes", dijo.
El Obispo, recientemente elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile, resaltó en su homilía el valor de esta actividad al ser una ocasión para "hacer viva la comunión eclesial, ya que es un testimonio público de nuestra fe en Cristo, confesada en la Iglesia Católica".
Asimismo explicó que el Reino de Dios es "apostar por la dignidad de la persona humana, porque cada hermano es un templo viviente del espíritu".
En el evento también se dio lugar a que las parroquias expusieran, mediante stands y escenarios, su historia, carisma y proyectos misioneros que se han realizado en el marco de la Misión Territorial, un acento que este año ha impulsado la iglesia en Chile en el contexto de la Misión Continental impulsada desde la V Conferencia de Aparecida, Brasil.
Mons. Contreras pidió a los presentes "renovar el llamado misionero, a ser una Iglesia en salida y a extender el Reino de Dios especialmente hacia los hermanos y hermanas que viven en las periferias existenciales".