San José es el santo de cabecera del Papa Francisco. El Pontífice tiene una gran devoción por el esposo de la Virgen María. Así lo ha hecho saber en varias ocasiones desde que fue elegido Sucesor de Pedro y lo ha vuelto a recordar ahora en el vuelo de regreso a Roma de su visita al Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).
San José dormido. Está en la habitación del Papa Francisco: Pone debajo los papeles con temas complicados y urgentes pic.twitter.com/kJCF3UHiKY
- Primeros Cristianos (@1osCristianos) agosto 31, 2014
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Después de ser preguntado por una periodista acerca del tema, el Papa ha contado que "cada vez que le he pedido algo a San José, me lo ha concedido".
Su devoción viene de lejos. Son conocidas sus oraciones al Santo cada vez que debía comenzar unos ejercicios espirituales, como los que impartió en España en enero de 2006. En su habitación de la Residencia de San Marta del Vaticano, la número 201, tiene una estatua del santo, a cuyos pies deja pequeños papeles con peticiones que él mismo escribe
¿De dónde le nace al Papa argentino esta devoción? El Pontífice acudió desde niño a la parroquia de Flores de la capital argentina, en el barrio donde nació y creció, que está dedicada a San José.
Fue en esta parroquia, bajo la protección del santo, en donde el 21 de septiembre de 1953, con casi 17 años, encontró al sacerdote que le ayudó a descubrir su vocación, el P. Carlos B. Duarte Ibarra. Hay además otro dato importante: el pontificado de Francisco fue encomendado a la protección de San José, pues comenzó el 19 de marzo de 2013, día en el que la Iglesia celebra la fiesta del Santo Custodio.
Otros de los gestos que evidencian el gran cariño del Pontífice a este santo tiene que ver con uno de los primeros cambios que realizó al comenzar su pontificado: modificó una de las oraciones de la Misa con el fin de alentar la devoción a San José.
Así, a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en junio de 2013 decidió que San José fuera mencionado en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Virgen María. Una decisión que tomó primero Benedicto XVI y confirmó después el Papa Francisco.
Asimismo, el Papa consagró el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y a San Miguel Arcángel en una ceremonia en julio de 2013, a la que asistió Benedicto XVI.