Hace unos días cuatro miembros de una familia, entre ellos dos peruanas, fueron asesinados a sangre fría en Puerto Rico por un joven -y su cómplice- que les alquilaba una propiedad. Su quinta víctima, un niño de 13 años, sobrevivió al ataque y ha sido considerado por uno de los policías encargados de la investigación como un milagro de Dios.
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- Puerto Rico News (@puertoriconewz) noviembre 20, 2014
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Nelson Méndez fue uno de los policías que encontró al pequeño golpeado y ensangrentado en la madrugada, aproximadamente a las 3:00 a.m. luego de atestiguar el asesinato de su familia a manos de los acusados Christofer Sánchez Ascencio y José Bosch, que ya están bajo custodia de los autoridades y que por estas muertes enfrentan 20 cargos y una posible pena de hasta 800 años de cárcel.
El niño de trece años sobrevivió al ataque en el que murieron su hermano Miguel de 15 años, su madre Carmita Uceda Ciriaco, el esposo Miguel Ortiz y la abuela Clementina.
En declaraciones al canal de televisión peruano Frecuencia Latina, Méndez afirma que el niño, que sobrevivió a una herida con arma blanca en la garganta y a ser lanzado desde un puente de 20 metros de altura, "es un milagro de Dios".
"Estaba llorando amargamente y lucía bien golpeado. Parecía como si le hubieran fracturado la nariz, hinchado, las rodillas estaban laceradas y la espaldita llena de moretones… le dolía mucho el brazo y del cuello le emanaba mucha sangre", recuerda Méndez en declaraciones al informativo Primera Hora tras encontrar al muchacho de 13 años ensangrentado, en medias, sin camisa y solo con un pantalón corto.
El niño les dijo a los policías: "necesito ayuda, necesito ayuda… mataron a mi mamá, mataron a mi papá, mataron a mi abuela y mataron a mi hermano… estoy diciendo la verdad, por favor créanme".
[FOTO] #PuertoRico RT @AnielBigio: Observen con detenimiento la camisa del otro sospechoso de la masacre en Guaynabo. pic.twitter.com/C5SlUt7ttu
- Robby Cortés (@RobbyCortes) noviembre 19, 2014
Al parecer, el primero en morir fue el papá. Las mujeres fueron obligadas a arrodillarse para, posteriormente, ser ejecutadas.
"El nene nos dijo que antes de morir, su mamá les dijo: 'no dejen de rezar'", recordó Méndez. Así lo hicieron ambos hermanos, que fueron secuestrados por los malhechores luego de que se les acabaran las balas.
El adolescente de 13 años contó que nunca dejaron de rezar como les pidió su madre. Antes de que asesinaran a Miguel, su hermano menor suplicó que no lo mataran.
Miguel le dijo a su hermano antes de morir: "te perdono hermano por las maldades que me has hecho, nos vemos al otro lado".
En ese momento, el muchacho de 13 años intentó escapar y los asesinos no pudieron dispararle porque se habían quedado sin balas. Uno de ellos tomó al chico por el cuello, donde ya le habían hecho una herida punzante y trató de estrangularlo.
Al no poder acabar con él lo subieron nuevamente al auto hasta un puente cercano y allí lo lanzaron desde una altura de 20 metros. Afortunadamente, el niño cayó sobre maleza y no al río en el que abundan las piedras. Con el frío de la noche y múltiples heridas, el muchacho quedó abandonado por sus atacantes que lo creyeron muerto.
"Él nos dijo que cayó de espalda. Manifestó que se quedó sin aire y de tanto dolor que sentía no podía moverse ni respirar. Entonces tomó un pequeño descanso, una siesta… cerró los ojos y luego, más adelante, algo le dijo que se levantara y caminara. Él dice que tomó fuerzas y pudo salir a la calle subiendo por un talud (que le dio acceso a la carretera cercano a un área donde hay una cantera)", explicó Méndez.
Al encontrarlo, recuerda el policía, llamaron a una ambulancia para que atendieran al niño. Él y su compañero lo acompañaron hasta el Centro Médico. "Gracias por salvarme la vida", les dijo.
Para concluir el relato, Méndez contó que "tratábamos de tranquilizarlo. Él nos preguntó en un momento: '¿por qué me ocurrió esto?'. Yo le dije: 'tal vez los rezos que te dijo tu mamá que hicieras y la fe que tú tienes te mantuvieron vivo. Tenías que quedar tú vivo para que se pudiera hacer justicia de alguna forma, aunque no podamos comprenderlo".