El Arzobispo de Granada (España), Mons. Javier Martínez Fernández, explicó que ya había intervenido en el caso del joven que habría sufrido abusos por parte de sacerdotes hace más de una década, y expresó su solidaridad con el dolor de este muchacho.
En los últimos días algunos medios han acusado al Arzobispo de no haber actuado oportunamente sobre este caso. El Prelado, que participa de la asamblea plenaria de los obispos españoles en Madrid, señaló este miércoles que a mediados de octubre el joven le pidió que detuviese toda actuación para que pudieran actuar las autoridades judiciales, las mismas que también le solicitaron no intervenir.
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Según informa Europa Press, Mons. Martínez explicó que se enteró del caso de abusos a mediados de agosto, no por la Santa Sede sino por una carta que el joven depositó en el arzobispado en la que contaba que había escrito al Pontífice.
En ese momento, según ha recordado, llamó al joven con quien conversó por espacio de dos horas.
El Arzobispo de Granada precisó que cuando la Santa Sede le envió una carta comunicándole que habían recibido una denuncia, él ya había recibido al joven y ya tenía el boleto de avión comprado para viajar al Vaticano. Precisó además que el Papa no habló directamente con el Prelado.
En cuanto al hecho de que el joven se dirigiera directamente al Vaticano y no hablara primero con el Arzobispado de Granada, Mons. Martínez dijo que no hay tiempo para preocuparse de si las cosas se han hecho "mejor o peor" y ha insistido en que no está asustado ni preocupado por las consecuencias que este caso puedan tener sobre él, pues lo que duele es el daño que haya sufrido el joven.
Mons. Martínez, señala Europa Press, dijo que si estas acusaciones son ciertas "yo lo vivo con un dolor tremendo, porque es la herida más grande que puede suceder, que alguien que ha decidido la misión de cuidar de las personas, pueda abusar de la confianza, repito, si es que eso ha sucedido, eso lo tienen que decidir las autoridades judiciales tanto canónicas como civiles".
Preguntado sobre si este caso podría llevar su destitución o renuncia, el Prelado comentó que su vida no es suya sino "de la Iglesia y del Papa". "Yo estoy en las manos de Dios. No, mi renuncia, mi vida no es mía, mi vida es del Señor a través de la Iglesia y del Santo Padre", subrayó.
El Arzobispo ha indicado que hay nueve sacerdotes y dos seglares acusados, aunque ha precisado que en las indicaciones que recibió del Vaticano se le dieron instrucciones para "aplicar medidas cautelares a tres sacerdotes". "Los otros pueden ser conocedores pero no han intervenido", dijo.
Sobre el proceso que ahora se sigue, el Prelado indicó que el siguiente paso tras "verificar la verosimilitud de la denuncia" es el juicio formal en el que, según ha añadido, tiene que haber "todas las garantías y exigencias de defensa para todos y de poder establecer la verdad de los hechos".