El próximo sábado 22 de noviembre el Aula Pablo VI será la sede del encuentro del Papa Francisco con los participantes en el Congreso Internacional sobre autismo promovido por el Pontificio Consejo para los Operarios Sanitarios, que se celebrará desde el jueves.
El evento tendrá dos momentos diferenciados. Por un lado, con un tiempo de oración y de testimonios del mundo del autismo, intercalados por piezas musicales. Por otro, con el Santo Padre ya presente, la exhibición de cantos religiosos que permitan a las personas autistas presentes participar mediante una gestualidad que rompa el aislamiento en el que se están encerrados.
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El autismo, recuerdan, se da en uno de cada 68 niños y a veces se confunde con la sordera o con problemas de relación.
El Congreso, que se celebrará bajo el lema "Las personas con problemas de autismo: animar a la esperanza", tendrá lugar en el Nuevo Aula del Sínodo y albergará a unas 800 personas provenientes de 57 países de todo el mundo.
Durante la presentación en conferencia de prensa en el Vaticano, el presidente del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, Mons. Zygmunt Zimowski, indicó que "serán tres días de intenso trabajo que constituirán un espacio de estudio y de profundizar en las diversas disciplinas" de esta discapacidad y "de intercambio de experiencias entre expertos medio-científicos, socio-asistenciales y pastorales de todos el mundo".
Para el Prelado polaco es una ocasión "preciosa" para "escuchar y conocer experiencias, y aprender de los especialistas más cualificados del mundo". Pero el Congreso tendrá también una dimensión espiritual y, de hecho, "la principal finalidad es identificar y encontrar los instrumentos adaptados a la curación también espiritual de quien, directamente o indirectamente, son golpeados por un problema de autismo".
Es, además, un momento para animar "a la esperanza, dar un empuje existencial a quien vive los casos más difíciles", explicó.
El sacerdote Augusto Chendi, subsecretario del mismo dicasterio de la Santa Sede indicó a su vez que el Congreso quiere "contribuir a romper el aislamiento, y en muchos casos también, el estigma que marca a las personas que tienen autismo".
También se quiere ayudar a las familias, que necesitan "de una colaboración y fidelidad reciproca para enseñar una ética de la solidaridad, que todos nosotros tendríamos que redescubrir y alimentar", subrayó ante la prensa.
Por su parte, el doctor Stefano Vicari, responsable de la Unidad Operativa de Neuropsiquiatría Infantil del Hospital Bambino Gesú en Roma, ha querido señalar que "no existe ningún fármaco que pueda curar este problema", por lo que se trata de "una emergencia social que no se ve" y de la que hay que "concienciar a la sociedad", porque es un problema que "afecta a toda la familia".