Durante la presentación a la prensa de las visitas a Estrasburgo (Francia) el 25 de noviembre, y a Turquía, del 28 al 30 de noviembre, el vocero de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, aseguró que "son dos viajes internacionales a dos días de distancia, un récord nuevo por la cercanía de las fechas, lo que se puede entender a la luz de las circunstancias y de las metas de estos viajes".
El objetivo de la visita a Estrasburgo es hablar en el Parlamento Europeo y en el Consejo de Europa, dos de los órganos más importantes para el gobierno de la Unión Europea. El primero de ellos está compuesto de 28 estados y representa a 508 millones de ciudadanos europeos. Por su parte, el Consejo de Europa está formado por 47 estados y representa a unos 800 millones de personas.
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La visita, que durará apenas unas horas, está considerada "de grandísimo relieve" por la Santa Sede, ha asegurado el P. Lombardi. Será la primera vez que el Papa Francisco exponga su visión sobre el llamado "continente". En Estrasburgo se reunirá también con el Presidente de turno de la Unión Europea, en este caso el primer ministro italiano, Matteo Renzi; y los presidentes del Parlamento Europeo, Martin Schulz; del Consejo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
El Santo Padre pronunciará dos discursos con el propósito de "hablar a toda Europa, con todos sus pueblos" representados en la Eurocámara y el Consejo de Europa, anunció el P. Lombardi, quién quiso aclarar además que el viaje no está considerado como de visita a Francia (la Santa Sede confirmó hace unas semanas que se encuentran trabajando en un viaje al país galo) aunque la ciudad de Estrasburgo se encuentre en este país.
Según el sacerdote jesuita, "el Papa ha querido tener muy definida la finalidad del viaje a las instituciones europeas y por eso ha respondido de manera negativa a la invitación que realizó el Obispo de Estrasburgo de visitar la catedral que celebra mil años".
Por lo mismo, "se explica que no reciba al Papa el presidente de Francia, Hollande, sino el ministro para los Asuntos de Europa", destacó.
Tres días más tarde, el Santo Padre viajará a Turquía y visitará la capital Ankara y después en Estambul. A lo largo de estas jornadas mantendrá encuentros civiles y religiosos, a destacar los ecuménicos, con representantes de los cristianos, musulmanes y judíos en Turquía, un país que está en una zona "complicada" dada su cercanía con Irak y Siria, donde se da una fuerte persecución religiosa por parte de los terroristas del llamado Estado Islámico.
La Santa Sede destacó que con este viaje también se quiere dar importancia a "continuar el diálogo interreligioso y visitar tanto a la pequeña comunidad católica como a la sede del Patriarcado ecuménico".
El P. Lombardi recordó además la "fraterna amistad" del Papa y el patriarca ecuménico Bartolomé I, con quien se reunirá en Estambul. Al llegar al país, el Santo Padre será recibido por el presidente Recep Tayyip Erdogan, en su palacio en Ankara, donde además está prevista una reunión con la autoridad turca para Asuntos Religiosos (Diyanet).
Al día siguiente el Papa viajará a Estambul, donde visitará la basílica de Santa Sofía y la Mezquita Azul, lugar en el que será recibido por las autoridades musulmanas. El último día, 30 de noviembre, estará marcado por encuentros religiosos, por un lado uno con el patriarca ortodoxo y por otro, la reunión con el gran rabino de Turquía.
Tras la celebración litúrgica de San Andrés, el Papa y el Patriarca saldrán del palacio patriarcal y desde el balcón los dos darán la bendición a todos los presentes. Además, se realizarán una declaración conjunta.
El vocero del Vaticano comentó que de momento no están previstos encuentros con representantes de la comunidad kurda, aunque podría haber oportunidad de que algunos de ellos saluden al Pontífice.
El momento podría ser quizás un encuentro previsto con jóvenes estudiantes en Estambul, donde habrá representantes no solo de los católicos sino de otras confesiones.
El portavoz de la Santa Sede ha explicado que para los dos viajes se han tenido que encajar las agendas de las instituciones europeas y la política turca después de los recientes comicios en aquel país.