Ruby Graupera-Cassimiro se sometió a una cesárea de rutina para dar luz a su segunda hija. Una complicación post-parto la dejó sin pulso por 45 minutos, sus familiares rezaban sin cesar y cuando los médicos se disponían a declarar su muerte, despertó.
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"Esto es obra de la Divina Providencia", afirmó en declaraciones a la prensa Thomas Chakurda, portavoz del Hospital Regional de Boca Ratón donde ocurrió el inexplicable suceso.
El 23 de setiembre, Ruby –de 40 años- dio a luz a la pequeña Taily y cuando se recuperaba de la operación, sufrió una embolia de líquido amniótico. "Dios tuvo a las personas correctas en el lugar indicado", afirmó al presentar su caso en una rueda de prensa.
Ruby tuvo una cesárea sin problemas y cuando estaba en la sala de recuperación cayó inconsciente. Los médicos y enfermeras la intubaron y estuvieron por dos horas tratando de reanimarla cuando de pronto su corazón dejó de latir.
En todo este tiempo, su madre, su hermana y su esposo rezaron de rodillas y tomados de las manos.
Durante 45 minutos, Ruby estuvo sin pulso, le aplicaron masajes en el pecho e incluso le aplicaron electroshocks pero nada funcionó.
El medico Michael Fleischer pidió a los familares que ingresaran a la sala para despedirse de ella. Cuando salieron de la sala, comenzaron a rezar de nuevo, esta vez junto a Julie Ewing, una de las enfermeras que atendió a Ruby.
En ese momento, el corazón de Ruby comenzó a latir de nuevo. "Fue un milagro de Dios. Fue la respuesta a la oración. Todos estuvimos ahí. Todos somos testigos", aseguró la enfermera.
Ruby no tiene secuela alguna de lo ocurrido. Pese a que estuvo sin oxígeno por mucho tiempo no registró daño cerebral y ahora goza de sus hijos en casa.