Tras varios meses de abandono, el pasado 9 de noviembre se volvió a celebrar la Eucaristía en la iglesia caldea de San Jorge en Tel Isqof, una aldea de la llanura del Nínive –en el norte de Irak-, que ha sido liberada por las tropas kurdas luego de combates con los yihadistas del Estado Islámico (ISIS).
Tel Isqof es una de las varias aldeas en el Nínive que han sido retomadas por los Peshmerga –como se les conoce a las tropas kurdas-; sin embargo a solo quince kilómetros está Tilkaf, todavía en poder de los extremistas musulmanes.
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La celebración de la Misa en la iglesia de San Jorge ha sido gracias a la iniciativa de jóvenes cristianos junto al sacerdote caldeo Pablo Thabit Mekko. Sin embargo, debido al peligro que todavía existe en la región, luego de la Eucaristía han tenido que retornar a Ankawa, un distrito de la capital kurda de Erbil, donde permanecen como refugiados.
"La del domingo pasado es la primera Misa celebrada en una iglesia de esos pueblos de la llanura de Nínive abandonados por la población cristiana a principios de agosto, ante el avance de la milicia del Estado Islámico", explicó el sacerdote caldeo a la agencia Fides.
Sin embargo, luego que la aldea fuera recuperada, "un grupo de hombres jóvenes, ahora refugiados en Kurdistán, han querido ir hasta allí con un sacerdote por unas horas, con la intención de abrir la iglesia para tocar las campanas y unirse a la celebración de la Misa. Después de la liturgia han regresado al norte, a los lugares en los que actualmente viven como refugiados".
El sacerdote afirmó que la Misa ha tenido un valor simbólico, pues "era una manera de decir que no nos iremos de nuestras tierras, y que cultivamos con tenacidad la esperanza de volver pronto a nuestros hogares y a nuestras iglesias".