Probablemente no disfrute otra Navidad. Sin embargo, enterarse que padece un cáncer terminal no amilana a Lauren Hill, una joven deportista de 18 años que cumplió su sueño de jugar un partido de básquetbol en la liga universitaria y que sigue dedicando lo que le quede de vida a recaudar fondos para hallar una cura y ayudar a otras personas que sufren la misma enfermedad.
Lauren fue diagnosticada con glioma pontino intrínseco difuso (DIPG por sus siglas en inglés), un cáncer cerebral difícil de detectar y que es incurable cuando aparece en la niñez. Los médicos no le dieron esperanzas.
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Sin embargo, Lauren ama el básquetbol y uno de sus sueños era jugar en la institución deportiva universitaria de EEUU (NCAA), por lo menos una vez mientras tuviera fuerzas, representando a la Universidad Mount St. Joseph de Cincinatti, institución que abrió sus puertas en 1920 como Colegio de Mount St. Joseph y que es patrocinado por las Hermanas de la Caridad de Cincinnati. Fue la primera universidad católica para las mujeres en el suroeste de Ohio.
Así, gracias a que la NCAA decidió adelantar el inicio del campeonato, Lauren pudo ingresar al campo de la Universidad de Xavier y participar en el encuentro entre su equipo de la Universidad Mount St. Joseph de Cincinatti y el Hiram College, partidos que por lo general atraen a solo cien personas.
Awesome girl! Keep fighting Lauren RCHS is behind you! #laurenstrong #Lawrenceburg pic.twitter.com/Wl8rdLMajW
- RCHS Cheerblock (@rchscheerblock) febrero 15, 2014
Sin embargo, la noche del domingo 2 de noviembre, 10.250 personas llenaron las tribunas y desde ahí ovacionaron a la joven que, debido a su frágil salud, solo pudo estar 47 segundos en todo el partido.
En los primeros 17 segundos Lauren anotó los dos primeros puntos, haciendo vibrar y ponerse de pie a las miles de personas que la aplaudieron por minuto y medio. Luego la deportista –que llevaba el número 22–, fue sustituida para que acudiera a la tribuna de comentaristas.
El juego siguió su curso y volvió a ingresar en los últimos 30 segundos para anotar nuevamente. Su equipo ganó 66 - 55. "Ha sido el mejor día de mi vida. Gracias. No sé qué más decir", expresó la adolescente en un breve discurso.
"Es increíble que mi historia haya involucrado emotivamente a tantas personas. Antes que mi caso se hiciera conocido, no muchos sabían qué cosa era la DIPG. Ahora que lo saben, podemos buscar una cura. Yo no puedo beneficiarme, pero sí podrían ayudar a tantas otras personas enfermas como yo. Por eso su ayuda no debe finalizar con el término de este partido", afirmó Lauren, quien promueve la recaudación de fondos para investigar este mal a través de un sitio web y su cuenta de Facebook.
"Testigo de la vida"
Su testimonio de coraje ha llegado a diversos medios, como The Catholic Telegraph de la Arquidiócesis de Cincinnati; cuyo editor John Stegeman llamó a Lauren "una testigo de la vida". "Ella sabe que el final de su vida está llegando, pero no sabe cuándo. En el tiempo que tiene, ella vivirá más plenamente que muchos de nosotros. Lauren Hill está realmente muriendo con dignidad", afirmó.
Por su parte, la cadena deportiva ESPN le ha dedicado un corto documental donde ella asegura que cada día "es una batalla más. A veces gano, a veces voy perdiendo. Pero es una lucha permanente".
La joven es conocida entre sus amigos por tener un carácter tranquilo: incluso entre bromas la comparan con "Dory", el personaje de "Buscando a Nemo". "A medida que progresa el tumor pierdo sensibilidad en un lado, mis articulaciones me duelen. Nada se puede hacer. Sólo pueden darme más esteroides", señaló.
Incluso la NCAA le ha dedicado un espacio en su sitio web, donde, entre otras cosas, recuerdan que si bien al principio no tenía las habilidades para jugar basquetbol, sí "tenía la actitud".
Así, sobre el encuentro del 2 de noviembre, Lauren aseguró a ESPN que "este día significaba mucho. Es, posiblemente, lo mejor que me ha pasado en mi vida". "Ha sido mi primer partido universitario, no el último", finalizó.