Son al menos 700 las familias cristianas de Mosul y de la llanura de Nínive que viven como refugiados en viviendas y alojamientos precarios en Bagdad, después de haber sido forzados a abandonar sus hogares ante la ofensiva de los yihadistas del Estado Islámico (ISIS).
Lo confirma a la agencia vaticana Fides, Raad Jalil Kajaji, responsable de la oficina de financiación para los cristianos, yazidis, sabeos y mandeos.
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Explica además que el número de refugiados cristianos que han llegado a la capital continúa aumentando día a día, e instando a las organizaciones de socorro internacionales a apoyar con más fuerza a las autoridades locales para hacer frente a esta emergencia humanitaria.
Jalil, que el 27 de octubre ha tenido una larga conversación con el Patriarca de Babilonia de los Caldeos Louis Raphael I en la sede del Patriarcado, ha informado que los fondos gubernamentales a disposición de la Oficina se están agotando, y las condiciones de vida de los refugiados –alojados en escuelas, iglesias y sedes de asociaciones cristianas– están empeorando con la llegada del invierno.
Según fuentes de la Secretaría de la migración y los refugiados, las familias desplazadas del norte de Irak, que han encontrado refugio en Bagdad son en total más de 19 mil.