El Señor de los Milagros sigue obrando en nuestros días, como en el caso de Alejandra Cruzado, quien asegura que el Cristo Moreno la escuchó cuando pidió por la vida de su hermano. Por eso prometió que seguirá asistiendo a la iglesia de las Nazarenas "hasta el día que Dios me quite la vida".
"Cuando mi hermano enfermó de tuberculosis, yo le pedí bastante al Señor de los Milagros que me lo curara y ahora… gracias a Dios, gracias a Él que nos vio, mi hermano está curado. Él también venera la imagen porque nos ha cumplido", declaró la joven peruana para ACI Prensa, vestida con el tradicional hábito morado que identifica a los miembros de la hermandad.
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Así como ella, la pareja de esposos cercanos a cumplir los 90 años de vida, Julio Álvarez y Vicenta Tejada, visitan todos los años el Santuario del Señor de los Milagros. Una tradición que viene desde pequeños cuando "mamá nos traía", señaló Vicenta.
"A mí me hizo un gran milagro – expresó Don Julio - me curó de una enfermedad que tenía de niño, sané y estoy sano hasta la fecha".
Con 60 años de casados, se les ve contentos de estar juntos y afirmaron que esto es "una bendición". Por eso enviaron un mensaje a los jóvenes animándolos a que "tengan fe, confianza y que crean siempre en Jesús, que es el que los va ayudar toda la vida".
En el interior de las Nazarenas, a un costado de la larga fila de ancianos, adultos y niños que esperan su oportunidad para pasar delante del anda y "ganar las gracias" se encontraba doña Silvia Rodríguez tomándose fotos para el recuerdo, junto a su hija, su hijo, su nieto y su yerno. Todos ellos acababan de llegar de La Paz, Bolivia.
Silvia visita el templo desde hace aproximadamente 15 años y casi todo este tiempo ha usado el hábito. La primera vez vino acompañada de su tía y ahora ella hacía lo mismo con su familia.
"Me encanta venir a Lima porque la gente es muy devota, la gente da todo, hay una Misa. Creo que todo Lima se vuelca a adorar al Señor, por eso me gusta venir mucho", declaró.
En medio de su alegría y emoción contó que el Señor le concedió muchos favores, desde sanarla cuando tuvo un accidente hasta "el solo hecho de estar viva, de vivir, de abrir los ojos cada día y verlo al Señor. ¡Para mí es un milagro!", enfatizó.
De pie, en medio de la nave central, observando con actitud suplicante la imagen del Señor de los Milagros, estaba otra devota, Matilda Villalobos, quien embarazada de su tercer hijo, contó para ACI Prensa que conoció esta devoción a través de su abuela quien siempre le hablaba del "Cristo Moreno".
Relató que cuando vivía por esa zona, solía entrar y participar de la Misa hasta que un día enfermó. "El doctor decía que yo no me iba a curar", recordó Matilda, pero luego en sueños "lo vi y Él (el Señor de los Milagros) me dijo que sí, que iba a salir bien de eso y que yo me iba a curar".
Finalmente, al preguntarle qué era lo que le pedía a Dios, respondió: "Que me bendiga el día de mi parto, que me cuide. Les entrego a mis hijos en realidad. Cada hijo mío que he dado a luz yo se lo entrego para que él los cuide y los bendiga".
La devoción al Señor de los Milagros nació en 1651, y desde ese entonces hasta nuestros días continúa haciendo milagros en medio de los que acuden a Él con fe.
Mayor información sobre el Cristo Moreno en: http://www.arzobispadodelima.org/index.php?option=com_content&view=article&id=293&Itemid=143