El Obispo de Chilpancingo-Chilapa (estado de Guerrero en México), Mons. Alejo Zavala Castro, presidió una Misa ayer por la tarde en la que rezó junto a una gran cantidad de fieles para que Dios permita que los 43 estudiantes desaparecidos en la localidad de Iguala estén con vida.
En la homilía, el Obispo dijo que "sentimos un dolor profundo por su desaparición, y esta misa es para pedir al Creador que estén con vida, para llamar a la concordia y por el respeto a la vida".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Prelado llamó también a la reconciliación y solicitó, a quienes tengan a los desaparecidos, "hacerlos regresar con vida".
La Eucaristía se realizó luego de una marcha que comenzó en la escuela normal rural de Ayotzinapa, a la que pertenecían los desaparecidos. En el evento participaron padres de familia, maestros, estudiantes, miembros de congregaciones religiosas y habitantes de la zona.
La misa inició a las 5:00 p.m. y culminó a casi a las 6:00 p.m. cuando el gobernador del estado Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, anunciaba la renuncia a su cargo.
Los 43 estudiantes fueron secuestrados por hombres armados mientras celebraban una conferencia de prensa en la que estaban narrando el ataque sufrido 26 de septiembre. Varios miembros de la policía municipal han sido detenidos por ser reconocidos como autores de la primera agresión armada en la que murieron 6 personas y una veintena de heridos.
Unos días más tarde se encontraron fosas comunes con los cuerpos de personas asesinadas también por la policía municipal.
En las investigaciones que se realizan sobre estos hechos, la fiscalía general de México señala que sería el prófugo alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velásquez, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, los principales responsables de los ataques contra los estudiantes y la desaparición de los 43 muchachos por quienes se pidió en la Misa de ayer.
La fiscalía explicó que el alcalde habría ordenado desaparecer a los 43 estudiantes porque creía que iban a pifiar a su mujer en un acto público. Los secuestradores pertenecen a un cártel de la droga que a su vez sería operado por la esposa, María de los Ángeles Pineda. Este cártel se encargaba de seleccionar a los integrantes de la policía municipal y recibía un pago por ello.
Pineda Valle, dicen las autoridades, sería la principal operadora de actividades delictivas desde el palacio municipal.