Victoria Pynchon, consultora legal y empresaria, analizó la reciente oferta de los gigantes de la tecnología Apple y Facebook de ofrecer congelar los óvulos de sus trabajadoras, y señaló que esto no beneficia a las mujeres trabajadoras, y que por el contrario se trata de una "intromisión del trabajo en tu vida reproductiva".
Diversos medios de comunicación informaron recientemente que tanto Facebook como Apple añadirían la criogenización de óvulos a sus programas de "beneficios" para las mujeres que trabajan en sus compañías.
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Según informa la revista económica Forbes, un representante de la compañía fabricante del iPhone explicó la medida, indicando que "queremos empoderar a las mujeres en Apple para que hagan el mejor trabajo de sus vidas al tiempo que cuidan a sus seres amados y crían sus familias".
En un artículo publicado el 18 de octubre a través de la red social LinkedIn, titulado "Cuídate del empleador que quiere tu fertilidad", Victoria Pynchon señaló que con medidas como las anunciadas por Facebook y Apple, "los empleadores de tecnología de punta y STEM (siglas en inglés para ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) no quieren solo tus horas nocturnas, quieren tu fertilidad".
"¿Deberías vender tu fertilidad a Apple o Facebook?" cuestionó Victoria, para a continuación advertir que estas empresas ya no están hablando de beneficios como "entrenadores personales gratuitos, conserjes de lavandería o comidas gourmet en la oficina. Estamos hablando sobre la intromisión del trabajo en tu vida reproductiva".
Entrevistado por el New York Times el 17 de octubre, Gerald Ledford, investigador del Centro para Organizaciones Efectivas de la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California, señaló por su parte que "estos beneficios no son ofrecidos por generosidad. Se hace porque las organizaciones quieren que los empleados trabajen 24/7 (las 24 horas, los siete días de la semana)".
"Si nunca tienes que salir para ir a la lavandería, al gimnasio, a comer o incluso ir a dormir, puedes trabajar todo el tiempo. Son esposas de oro", criticó.
Victoria Pynchon subrayó que "no hay nada amigable a la familia en un lugar de trabajo que ofrece a las mujeres la 'oportunidad' de postergar la procreación y la crianza hasta un brumoso tiempo después donde presuntamente será más 'conveniente' tener hijos".
"Hagamos que las mujeres sepan esto. Desde el punto de vista de tu empleador, nunca es conveniente que tengas un hijo. Desde el punto de vista de tu empleador, sería más rentable exprimirte los años durante los que todos, hombres y mujeres, trabajan por el más bajo pago".
Victoria recordó que cuando ella era una joven abogada novata, "las pocas (muy pocas) mujeres que me precedieron me dijeron que yo 'no podía' tener hijos hasta que fuera hecha socia", debido a que, en el mundo laboral, criticó, las mujeres son percibidas "como un valor desplomándose en el momento en que tuviste hijos".
"Lo que siguió fue una generación entera de mujeres (la mía) que fueron forzadas a escoger el 'camino de la carrera' o el 'camino de la mamá'. Para aquellas de nosotras que elegimos el 'camino de la carrera', cientos, miles, quizás decenas de miles, sufrimos años, y a veces más de una década, de tratamientos de fertilidad, que, si siguieron con un embarazo a los 40 años, usualmente significaron tres a seis meses de descanso en cama".
Victoria demandó que, en lugar de congelar sus óvulos, lo que los empleadores deben a las mujeres es "el mismo tipo de vida que ofrece a tus colegas hombres quienes, oh, tan convenientemente, nunca quedan embarazados. Ellos, sin embargo, tienen familias. Y nunca ha sido problemático para los hombres tener hijos".
"De hecho, el bienestar financiero de los hombres se incrementa cuando tienen hijos al mismo tiempo que los salarios de sus colegas femeninas que tienen y crían hijos disminuyen precipitadamente".
La consultora legal y empresaria lamentó que mujeres que han sido "altamente elogiadas repentinamente se encuentran, como nuevas madres, cargadas de críticas subjetivas negativas cuestionando su dedicación, lealtad y habilidad para concentrarse. Como si aún no hubiéramos ideado cómo usar nuestro cerebro y nuestro útero al mismo tiempo".
"En una economía del conocimiento, ya no hacemos dinero para nuestros empleadores de acuerdo al tiempo que nos toma pensar en un nuevo producto, o armar un plan estratégico para la siguiente adquisición o fusión. Los trabajadores del conocimiento venden su habilidad, su entrenamiento, su propiedad intelectual, no el número de horas que se sientan en una oficina".
Lo que necesitan y merecen las mujeres, señaló, "es una nueva métrica para medir el valor de nuestro trabajo".
"La oferta de un empleador de financiar que una mujer retrase la maternidad pone muchos signos de exclamación al final del consejo que me dieron de no concebir hasta que sea socia. Si no aceptas esta generosa oferta y tienes tus hijos al final de tus 20 años o de tus 30 años (como la evolución o Dios planearon que lo hagas) ¿tu lealtad será cuestionada, tu valor descontado, tu vida –y la de tu familia– mercantilizada?".
Para Victoria, "desde este lado de una larga carrera empresarial y legal de una mujer sin hijos, todo lo que puedo decir es resiste".
"Te mereces un trabajo amigable a la familia, no una granja de huevos", concluyó.
Para leer el artículo completo de Victoria Pynchon, en inglés, puede ingresar a: https://www.linkedin.com/today/post/article/20141018172333-11435719-beware-the-employer-who-wants-your-fertility