La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, firmó el pasado 2 de octubre de 2014 el decreto mediante el cual se declara como sepulcro histórico nacional al mausoleo que guarda los restos de la venerable María Antonia De Paz y Figueroa, situado en la nave lateral derecha de la iglesia Nuestra Señora de la Piedad, ubicada en la calle Bartolomé Mitre esquina Paraná, en la ciudad de Buenos Aires.
En los fundamentos de la resolución se señala que "sor María Antonia de Paz y Figueroa (o María Antonia de San José o Mama Antula) fue una figura femenina de relevante protagonismo espiritual y social en tiempos coloniales" y que, "habiendo profesado votos de castidad, pobreza y obediencia en la provincia de Santiago del Estero, a los 17 años, recibió la túnica negra, hábito de San Ignacio de manos de los padres Jesuitas residentes en dicha ciudad".
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El decreto presidencial enumera a continuación las circunstancias de la vida y obra de Mama Antula hasta su muerte y la causa de beatificación: Pasó a residir en el "beaterío" o Convento de Belén en la ciudad de Santiago del Estero, donde se dedicó a la oración y a la disciplina espiritual, además de ayudar a los pobres y a los enfermos.
A raíz de la expulsión de los sacerdotes jesuitas por orden de Carlos III decayó la práctica de los Ejercicios Espirituales según el método de San Ignacio de Loyola, razón por la cual María Antonia decide promover nuevamente esta práctica piadosa, buscando para ello una casa en Santiago del Estero y a sacerdotes predicadores.
A efectos de extender esta práctica espiritual, visitó numerosos pueblos y ciudades en las provincias de Catamarca, La Rioja, Salta, Jujuy, Tucumán, Córdoba y San Luis. A fines del año 1779 llegó a la ciudad de Buenos Aires, tras un viaje realizado a pie y descalza afrontando fatigas y peligros, y solicitó permiso al obispo y al virrey para instalar una casa donde se practicaran los Ejercicios Espirituales.
Tras vivir ella y dar los ejercicios en dos casas vecinas a los templos de San Miguel y Nuestra Señora de Montserrat, comienza su instalación en la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, situada en la avenida Independencia 1190, que hizo edificar en un terreno que le fue donado.
Los Ejercicios Espirituales tuvieron numerosos concurrentes en la sociedad colonial porteña incluyendo a virreyes y magistrados. Junto a estas tareas en la Santa Casa, Sor María Antonia visitaba a pobres, enfermos y presos, ayudándolos material y espiritualmente. Que los relatos hagiográficos le atribuyen virtudes y prodigios.
Qué falleció el 7 de marzo de 1799 en la celda 8 de la Santa Casa, que aún hoy se conserva. Que en señal de humildad fue enterrada en la iglesia de La Piedad, sin ataúd ni epitafio alguno, revestida con el hábito negro y un rosario al cuello. Las hermanas de la Congregación, en previsión futura y para localizar la sepultura, le colocaron un leño de ñandubay como almohada. En 1867, al planificarse la construcción del nuevo templo de La Piedad, se temió que los restos se confundieran con las demoliciones y por ello, a solicitud de las Hermanas de los Ejercicios, el arzobispo Escalada ordenó su búsqueda.
Finalmente hallados, fueron depositados en una urna, provisoriamente en el camarín de la Virgen de la Piedad y luego trasladados a su mausoleo en la nave lateral derecha del templo el 28 de septiembre de 1913.
El mausoleo fue costeado por el biógrafo de la venerable, monseñor Marcos Ezcurra, quien encargó en Génova, Italia, una escultura de mármol. El sepulcro consta de la citada estatua que se ubica sobre un sencillo plinto cuya única decoración consiste en dos pequeñas columnas. Se colocó en la cara frontal de su base la placa con una leyenda epigráfica, que fue costeada por don José Portugués y otros fieles que eran devotos de sor María Antonia.
El sitio del sepulcro fue lugar de memoria y veneración de esta mujer santiagueña, considerada un modelo de solidaridad social y de santidad por numerosas generaciones de argentinos. El decreto finaliza señalando que la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y lugares históricos aconseja su declaratoria y que la Dirección general de Asuntos jurídicos del Ministerio de Cultura tomó debida intervención", concluye el decreto.
Camino a los altares
El 2 de julio de 2010 el papa Benedicto XVI autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto por el que se reconoce que la Sierva de Dios María Antonia de Paz y Figueroa (María Antonia de San José) practicó las virtudes cristianas en grado heroico y la proclamó Venerable.
El 30 de abril de 2014, la Congregación para las Causas de los Santos recibió en Roma una nueva pericia sobre un milagro atribuido a la mediación de esta laica santiagueña que dedicó su vida a promover los retiros espirituales ignacianos. De aprobarse se convertiría en beata.