El Obispo de Ávila (España), Mons. Jesús García Burillo ha leído un mensaje que el Papa Francisco ha enviado con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y del Año Jubilar teresiano.
"Vuelvo la mirada a esa ciudad para dar gracias a Dios por el don de esta gran mujer", ha dicho el Papa en el mensaje, en donde también ha animado "a conocer la historia de esa insigne fundadora, así como a leer sus libros, que, junto con sus hijas en los numerosos Carmelos esparcidos por el mundo, nos siguen diciendo quién y cómo fue la Madre Teresa y qué puede enseñamos a los hombres y mujeres de hoy".
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El Papa también ha recordado que "en la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos" y ha destacado cuatro puntos de la vida de Santa Teresa que, según ha afirmado, le hacen mucho bien: "El camino de la alegría, de la oración, de la fraternidad y del propio tiempo".
"La Santa nos dice también hoy a nosotros, especialmente a los jóvenes: '¡No dejen de andar alegres!"", porque, según ha señalado el Papa "el Evangelio no es una bolsa de plomo que se arrastra pesadamente, sino una fuente de gozo que llena de Dios el corazón y lo impulsa a servir a los hermanos".
Recordó que la santa definió la oración como un "tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama", un camino de oración que no podemos hacer solos, por eso el Papa afirma que "para la santa reformadora la senda de la oración discurre por la vía de la fraternidad en el seno de la Iglesia madre. Esta fue su respuesta providencial, nacida de la inspiración divina y de su intuición femenina, a los problemas de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo". Fundar pequeñas comunidades de mujeres que, a imitación del "colegio apostólico", siguieran a Cristo viviendo sencillamente el Evangelio y sosteniendo a toda la Iglesia con una vida hecha plegaria.
El Papa ha recordado las últimas palabras de Santa Teresa antes de morir: "¡Ya es tiempo de caminar!" y ha asegurado que "son la síntesis de su vida y se convierten para nosotros, especialmente para la familia carmelitana, sus paisanos abulenses y todos los españoles, en una preciosa herencia a conservar y enriquecer".