Rafael Sabé es misionero salesiano en Guinea Conakry y miembro del Grupo de Prevención Anti-ébola de Siguiri, grupo que reúne a los representantes de las autoridades civiles, sanitarias, empresariales y religiosas de la zona para la sensibilización y la lucha contra este virus mortal. Es misionero desde 1992 en distintos países de África y actualmente vive de primera mano la epidemia del ébola.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En una entrevista concedida a Obras Misionales Pontificias, el misionero cuenta que llegó a África tras cursar Derecho en España y haber entrado en la Congregación Salesiana. "En 1992 fui destinado a Abijan, hasta 2006 estuve en costa de Marfil, en las ciudades de Abijan, Duékoué et Korhogo, posteriormente fui destinado a Kara (Togo). Y finalmente en 2012 llegué a la Guinea Conakry trabajando en Kankan y Siguiri", explica.
Guinea Conakry es uno de los países en los que se han detectado casos de ébola. Según precisa el misionero este virus "tiene la capacidad de burlar nuestro sistema inmunitario, lo que hace que nuestro organismo no lo detecte y pueda reproducirse fácilmente". El virus del ébola causa una fuerte fiebre hemorrágica viral, ocasionando una enfermedad infecciosa altamente contagiosa y muy severa que afecta tanto a animales como a seres humanos.
Sabé es miembro del Grupo de Prevención Anti-ébola en la región de Siguiri, en donde principalmente se dedica a luchar contra el contagio de la enfermedad dando información a los ciudadanos, así como "facilitando el lavado de las manos por toda la ciudad".
Según explica "este grupo lo forman las fuerzas vivas de una región: las autoridades locales como alcaldes y diputados, las autoridades sanitarias: doctores y enfermeros. También representantes de la policía, representantes de empresas y las autoridades religiosas, como son el Imán para los musulmanes y un sacerdote para los cristianos. En este sentido yo soy el representante cristiano en la región de Siguiri". Se dedican a seguir directamente la evolución del ébola en la región y se reúnen periódicamente para reflexionar conjuntamente las soluciones que adoptan en cada momento en la lucha contra este virus.
Ante el caso de la enfermera española contagiada de ébola, Rafael Sabé afirma que en las misas que él celebra se pide especialmente por su recuperación y afirma en la entrevista que quiere transmitir a la enfermera "todo el apoyo desde Guinea".
"La gente en África se sorprende de la reacción de pánico que existe en España. Aquí en Guinea se cuenta con unos 778 fallecidos, pero no ha estallado el pavor español. Es cierto que en África se vive muy de cerca el sufrimiento y esto crea carácter", afirma el misionero.
Por eso ha animado a los españoles a "superar el miedo" ante el primer caso de ébola que se ha dado en Europa. "Comprendo que haya médicos que tengan miedo al ébola", afirma, pero precisa que "el miedo te bloquea y hace que te equivoques". "Cuando el amor es más fuerte que el miedo a la muerte todo cambia", asegura.
"Si yo tuviera miedo ya hace tiempo que estaría fuera de Guinea. Eso no quiere decir que sea imprudente. Yo me lavo las manos muchas veces al día, no saludo dando las manos... La vida es un don y por esto hay que cuidarla. En nuestro centro de primeras curas les digo siempre al enfermero, a la enfermera y a la comadrona: atención a los enfermos que tienen fiebre. No se te ocurra tocarlos sin guantes y si crees que es ébola llama al equipo de médicos especialistas de inmediato", precisa Rafael Sabé.
En ese sentido el misionero salesiano ha explicado que desde la fe, el miedo que se siente ante una enfermedad tan contagiosa como el ébola es distinto. "Cuando vives la fe como una experiencia real liberadora, entonces delante una angustia inquietante, no tienes miedo en abandonarte en los brazos del Padre que te hace sentirte hijo y que te da fuerza para amar a todos como hermanos, especialmente a los más pobres", afirma.
Por eso ha recordado el testimonio "admirable" de los dos misioneros españoles que fallecieron por ébola. "El hombre no puede vivir sino es capaz de darse, y en el caso que no lo consiga a causa del egoísmo, entonces su persona, su ser personal es un misterio para sí mismo, ya que su vida está privada de sentido. La vida dada hace que el hombre pueda relacionarse con los demás haciendo posible la aparición del amor. Solamente una relación gratuita hace posible que experimentemos en el fondo de nosotros mismos el gozo de vivir para amar y ser amados", ha dicho el misionero.
El virus "fue descubierto en 1976 y se considera que los murciélagos son los portadores naturales del virus del ébola. Estos murciélagos lo transmiten a los animales y al hombre. Una vez que te contagias se conviertes en transmisor del virus", afirma.
Los síntomas son variables; el comienzo suele ser, generalmente, súbito y caracterizado por fiebre alta. Y a los pocos días aparecen en todo el cuerpo hemorragias de sangre y diarreas con abundantes pérdidas de sangre. Finalmente la presión sanguínea disminuye lo que hace que los órganos vitales como el corazón o los riñones fallan causando la muerte.
El misionero precisa que el ébola se transmite por contacto directo con líquidos corporales infectados como la sangre, la saliva, el sudor, la orina o los vómitos del enfermo y ha subrayado que "no se transmite por el aire. Y para transmitirse con un apretón de manos es necesario que el enfermo sufra una fiebre de 38 grados".