El Obispo de Gualeguaychú, Mons. Jorge Lozano, advirtió en un artículo publicado en el diario La Nación que antes de legalizar la droga es necesario "hacer los deberes", al enumerar al menos nueve pasos previos que hay que abordar, antes de siquiera plantearse si se debe o no legislar para permitir el consumo personal de drogas
En un artículo publicado el 10 de octubre en el diario La Nación, el Prelado considera que en primer lugar "se debe fortalecer la igualdad de oportunidades para opciones de vida" y advirtió que "hace falta mayor presencia del Estado" en políticas de inclusión social, y que a este punto debe seguirle una educación en sentido amplio, sobre todo en valores sociales.
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También planteó la necesidad de una mayor asistencia para los adictos, al asegurar que hoy son "escasos los lugares para realizar tratamientos de recuperación y la mayoría están agotados en su capacidad".
Mons. Lozano estimó que un cuarto capítulo de este eventual proceso debe hacer hincapié en la Justicia, al afirmar que "la lentitud de las causas por narcotráfico está vinculada a la falta de herramientas adecuadas y artilugios legales inmorales", y en el quinto reclamó "dotar de instrumentos de control y de transparencia el operar" de las fuerzas armadas.
Mientras en el capítulo seis apuntó a la erradicación de la corrupción política, al sostener que "la droga circula también favorecida por autoridades políticas que miran para otro lado en municipios y provincias", en el siete reclamó leyes contra el lavado de dinero y los precursores químicos.
En este sentido, también sumó en el capítulo ocho la necesidad de "perseguir el delito en serio", porque "no puede usarse como argumento que la lucha contra el narcotráfico está perdida y por eso hay que legalizar".
"Debemos ser claros: la droga esclaviza. Después del llamado fallo Arriola muchos adolescentes decodificaron la noticia de dos modos erróneos y perjudiciales: 'Ahora se puede' y 'no debe ser tan malo, ya que está permitido'. Cuando se dice que la droga está despenalizada de hecho, se refiere a que se consume en la calle", planteó en el nueve.
Allí también sostiene que "lamentablemente se ha producido una disminución en la percepción del daño que ocasionan las drogas con slogans falsos: 'Un porro no hace nada'. Se corre el riesgo de naturalizar el consumo".
"Y recién después de todo eso, entonces sí, capítulo 10: ¿despenalizamos? Sólo después de haber escrito los otros capítulos promovamos el debate. Para una norma tan importante es necesario plantear una consulta amplia y federal".
"No puede quedar restringido el aporte a unos pocos actores en la ciudad de Buenos Aires. Debería haber audiencias públicas en cada provincia, y escuchar a diversas organizaciones: iglesias, Madres del Paco, organizaciones de familiares de adictos, comunidades terapéuticas, directivos de escuelas y docentes, organizaciones del pueblo que se ocupan de recibir y contener adictos", enfatizó.
Mons. Lozano aseguró que "todos coincidimos en que el adicto no es un delincuente. Por eso decimos no a la criminalización y a la estigmatización. Pero también con la misma firmeza decimos sí a la equidad e igualdad de oportunidades".
Para concluir, el Prelado comentó que "algunos capítulos se pueden escribir de manera simultánea, y de hecho se está haciendo, ya que este libro tiene la peculiaridad de ser redactado por varios autores. Como texto en construcción, tiene un final abierto, aunque para muchos jóvenes el futuro ya está clausurado".
Para leer el artículo completo, ingrese a: http://www.aica.org/documentos-s-TW9ucy4gSm9yZ2UgTG96YW5v-3993